A veces, los mejores líderes son aquellos que no quieren serlo. Caigan ellos en el poder, o sean guíados a éste, quiene menos lo buscan son con frecuencia los que más lo merecen. Pocos líderes mundiales han mantenido su poder e influencia con más respeto y dignidad que el Dalai Lama, líder espiritual de Tibet.

Por esta misma razón, muchos de sus seguidores en el exilio se han opuesto a que le transfiera el poder a otro. Pero el momento ha llegado, según anunció el líder budista de 71 años de edad, anuncio que reporta el New York Times. “Mi deseo de devolver el poder no tiene nada que ver con esquivar mi responsabilidad,” dijo. “Busca beneficiar a los tibetanos a largo plazo”.

Este beneficio, indica el Times, es dar mayor credibilidad al movimiento tibetano democrático exiliado, basado en Dharamsala, India, y que elijirá un primer ministro este mes.

El Dalai Lama hablaba en un discurso el jueves en Dharamsala en conmemoración del alzamiento de Tibetanos contra la ocupación china, que culmina con su dramático escape a la India a través de las montañas Himalayas.

En previas ocasiones, el Dalai Lama había manifestado su deseo de separar sus labores espirituales de su papel político. Se mantendrá como el líder reconocido de la causa Tibetana.

Artículo en inglés

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