En EUA, nación con una población históricamente propensa a entablar pleitos a diestra y siniestra, ahora enfrenta un exceso de abogados, jurisconsultos, jurisperitos, juristas, legista, defensores, intercesores, mediadores, protectores — por no decir leguleyos y tinterillos.
Indica Hamilton Nolan en Gawker que las inscripciones en las escuelas de leyes van cuesta abajo y por muy buena razón.
Con la elocuencia que aprendió en la escuela, lo dice un graduado reciente:
A nivel nacional, hay el doble de graduados de los puestos disponibles. Según cálculos por las Oficinas de Estadísticas Laborales, entre el 2010 y el 2020 la economía creará 21,880 empleos para abogados cada año; sin embargo, desde el 2010 las escuelas de leyes producen más de 44,000 graduados al año. Sin embargo, las escuelas siguen aceptando más estudiantes de los que pide el mercado y aumentan los costos de las matrículas más rápido que la inflación. El resultado es una deuda explosiva para los estudiantes actuales y los graduados cuyas perspectivas de empleo son lamentables.
Lo dice Nolan con la elocuencia de la calle: “ES UNA APUESTA PARA TONTOS. CLARAMENTE UNA APUESTA PARA TONTOS”.
