WESTPAC 2002-2003En un día como éste, un nefasto 19 de marzo de 2003, bajo órdenes de George W. Bush, presidente de EUA, fuerzas militares estadounidenses y británicas en la llamada Coalición de la Voluntad, iniciaron la guerra de Irak, desastre político y militar cuyos efectos han desestabilizado el mundo y se sentirán por generaciones a venir.

La primera fase de la operación se le llamó “Shock and Awe” (Shock y pavor) y consistió del bombardeo de objetivos en Bagdad. El presidente Bush se dirigió al país por televisión. “En estos momentos, las fuerzas estadounidenses y de la coalición están en las primeras etapas de las operaciones militares para desarmar a Irak, para liberar a su pueblo y defender al mundo de un grave peligro”.

Así culminaban meses en que la administración Bush, con el apoyo de los medios incluyendo periódicos de la estatura del New York Times, habían asegurado al mundo que Saddam Hussein, el hombre fuerte de Irak, poseía armas de destrucción masiva, o WMD en inglés, y que pensaba usarlas en colaboración con los terroristas yihadistas que habían atacado en septiembre del 2001.

EUA había exigido que Hussein, junto con sus hijos, se exilara del país.

Pasados 90 minutos, comenzaron a llover misiles Tomahawk por aire y desde navíos ubicados en el Golfo Pérsico.

Saddam Hussein hizo un llamado a los iraquíes a que derrotaron “la estúpida agresión contra nuestra patria y nuestro pueblo”.

Saddam Hussein entró a la clandestinidad y en poco tiempo las tropas estadounidenses y británicas derrocaron el gobierno y capturaron las principales ciudades.

Para el 1 de mayo 2003, EUA tenía control del país y en un evento producido con todas las de Hollywood, George W. Bush triunfante aterrizó un avión de S-3B Viking en un portaaviones cerca de San Diego donde fue recibido por la pancarta “Misión Cumplida”. 

Hasta aquél momento parecía una misión brillante, con pocas bajas.

Al cabo de una semanas, comenzó una insurgencia guerrillera por todo el país que fue causando decenas primero, luego cientos, y finalmente decenas miles de bajas (muertos y heridos) de soldados de EUA — casi 5 muertos, 32,000 heridos graves, decenas de miles más con lesiones psicológicas.

En cuanto a civiles iraquíes muertos podrían ser centenas de miles. Y millones de desplazados.

EUA, mientras tanto, iniciaba una búsqueda masiva de Saddam Hussein hasta encontrarlo cerca a Tikrit, el pueblo donde nació. Débil, aislado, escondido en un agujero de 2 metros por 4, se entregó sin resistencia. Fue detenido, juzgado por una serie de crímenes en octubre de 2005, y declarado culpable.

Después de buscar por todo el país ls armas de destrucción masiva, se supo que tal como muchos habían dicho, no existían.

Lo que siguió fue el desprestigio rápido de aquellos que habían impulsado la guerra, incluyendo al informante de la CIA Ahmed Chalabi, cuya ambición era la presidencia de Irak; políticos como el entonces Secretario de Estado Collin Powell; la Asesora de Seguridad Condoleza Rice; el binomio George W. Bush y Dick Cheney. En España, José María Aznar y en Gran Bretaña Tony Blair.

En EUA, el New York Times se vio obligado a publicar un extenso Mea Culpa. 

En Irak se realizaron elecciones en las que la mayoría Shiita, al obtener voz por primera vez en la historia moderna del país, eligió un gobierno que al poco tiempo formó una alianza con Irán. Ello cambió para siempre la ecuación geopolítica en la región, creando una situación que hasta el momento sigue lejos de solucionarse.

Lo que restaba del ejército de Saddam Hussein, al verse despojado del poder y agredido por los chíitas, formó alianzas con grupos yihadistas. Primero con Al Qaeda en Irak, luego con el llamado Estado Islámico, cuya presencia en todo el mundo musulmán y ataques en EUA y Europa siguen creando desestabilización.

Saddam Hussein fue ejecutado en diciembre 30, 2006.

En EUA, ninguno de los arquitectos de este debacle histórico, justificado en base a mentiras, ha sido juzgado.