Con motivo de la inauguración en la capital de EUA del monumento a Martin Luther King Jr., — programado para el 28 de septiembre pero pospuesto por el huracán Irene –, el conocido filósofo afro estadounidense Cornell West discute en una columna en el New York Times el legado incompleto del gran líder del movimiento pro derechos civiles.

Dice que las cuatro “catástrofes” contra las cuales King luchó están lejos de haber sido eliminadas:

El militarismo es una catástrofe imperial que ha producido un complejo militar-industrial y un estado de seguridad nacional, y deformado las prioridades del país y su estatura (como ocurre con los inmorales drones, que dejan caer bombas sobre civiles inocentes).

El materialismo es una catástrofe espiritual, promovido por una multiplicidad de medios de comunicación corporativos y una industria cultural que han endurecido el corazón del núcleo de los consumidores y vulgarizado la conciencia de los aspirantes a ciudadanos.

El racismo es una catástrofe moral, más gráficamente visto en el complejo industrial de presidios y la vigilancia policial específica hacia los ghettos negro y latinos, que son invisibles en el discurso público. Arbitrarios usos de la ley – en nombre de la “guerra” contra las drogas – han producido, en la acertada frase de Alejandro, una nueva segregación tipo Jim Crow de encarcelamiento en masa.

Y la pobreza es una catástrofe económica, inseparable del poder de los codiciosos oligarcas y avaros plutócratas indiferente a la miseria de los niños pobres, los ancianos y el pueblo trabajador.

Apunta que la era de Obama no ha logrado realizar el legado de Martin Luther King.

En lugar de articular una visión democrática radical y luchar por los dueños de casa, los trabajadores y los pobres mediante el alivio hipotecario, la generación de empleos y la inversión en educación, infraestructura y vivienda, la administración nos ha dado los rescates de los bancos, ganancias récord para Wall Street y enormes recortes presupuestarios sobre las espaldas de los más vulnerables.

Hace un llamado por

Una revolución en nuestras prioridades, una re-evaluación de nuestros valores, una revitalización de nuestra vida pública y una transformación fundamental de nuestra forma de pensar y de vivir que promuevan una transferencia de poder de los oligarcas y plutócratas de la gente común y los ciudadanos comunes.

Hay que estar preparados para la próxima batalla democrática, concluye Cornell West.

Artículo en inglés

 

Foto cortesía de marc_smith via flickr