Politica EUAPara nuestros lectores fuera de EUA que no han seguido muy de cerca las elecciones primarias, el largo y costoso proceso mediante el cual los dos partidos que monopolizan el poder eligen el candidato que los representará en la elección presidencial de noviembre, cabe comparar la cobertura de los medios a las campañas de Donald Trump y Bernie Sanders.

El_muro_de_TrumpTrump, un milmillonario eccentríco cubierto en oro, rodeado de mujeres hermosas y lujos, estrella de televisión y sin experiencia como político, declaró su candidatura en junio y desde ese momento emprendió una agresiva y alevosa campaña racista, machista, anti inmigrante, militarista prometiendo restaurar la “grandeza” de EUA.

Sanders, un socialista independiente que por décadas en el Congreso ha colaborado con el partido demócrata, decidió postularse como candidato por la nominación demócrata.

Los medios incialmente consideraron que Trump tenía un potencial mucho más lucrativo (medido en audiencias televisadas, ventas de periódicos, visitas en los portales) que Sanders, después de todo, ¿qué impacto puede tener un septuagenario, socialista demócrata que pide una revolución política?

Eventualmente, Trump quien gozó de millones y millones en publicidad gratis, se ha convertido en un Frankestein quien, aprovechando las debilidades del partido republicano, ha puesto patas arriba toda la estructura.

Ahora los grupos de poder del partido republicano no ocultan sus intentos de robarle lo que ha ganado justo y parejo antes de la convención en julio: El apoyo masiva entre el sector más racista, machista, anti inmigrante y militarista de EUA.

La campaña de Sanders, por el otro lado, disciplinadamente ha mantenido su mensaje que denuncia el sistema como corrupto y sesgado a favor de los ricos. Y, cuando menos lo esperaban, comenzó a ganarle terreno a Hillary Clinton, la candidata del oficialismo demócrata.

Y ahora parece habérsele salido de las manos.

Es en este marco que tuvo lugar el debate sobre las cualificaciones de los candidatos, que en días pasados acaparó titulares en New York y el resto del país.

Bernie_SandersComenzó cuando en un programa matutino, Joe Scarborough preguntó a Hillary Clinton si Sanders poseía las cualificaciones para la presidencia. Tres veces repitió la pregunta y tres veces ella se negó a responder, implicando con su respuesta que Sanders no cumple con lo necesario para encabezar la nación más grande del mundo. (Nos recuerda, por alguna razón, cuando algunos políticos se negaban a afirmar que Barack Obama es ciudadano de EUA y con estos rodeos daban una respuesta negativa).

Los titulares de la prensa dijeron que para Clinton Sanders no estaba cualificado para la presidencia.

Fue en ese momento, que Sanders dijo que en su opinión el haber recibido dinero de Wall Street y los votos a favor de la guerra de Irak por Hillary Clinton significan que ella no cumple con las cualificaciones para ser presidente.

Durante un par de días, los medios corporativos se regodearon en una orgía de acusaciones contra Sanders llamándolo agresivo, machista, acusándolo de haber bajado el nivel del debate político.

Todo ello es prueba, si prueba fuera necesaria, de los serios obstáculos que demoran la coronación de Hillary Clinton, la candidata del oficialismo demócrata, con vínculos a Wall Street y al sector más militarista de la sociedad de EUA, y apoyada por toda la estructura de poder de la burocracia del partido demócrata establecida desde la presidencia de Bill Clinton.

Primero fue igual a un piedrita en el zapato. Ahora, bueno Sanders acaba de ganar contundentemente 8 victorias (el sábado 9 de abril ganó en Wyoming) en las 9 últimas elecciones primarias, mostrando masivo apoyo entre la juventud y un creciente segmento de la clase media.

Los medios corporativos de EUA siempre dan a Sanders un “epiteto homérico”. “Improbable”, “cuesta arriba”, “sin sentido”. Y muchas voces afines a los Clinton, la más poderosa dinastía política en EUA, piden que suspenda ya su campaña porque lo que él diga lo pueden usar contra Hillary los republicanos.

La campaña Sanders debe verse como algo histórico, sin precedente en tiempos modernos en EUA.

Téngase en cuenta que solo en junio Clinton le llevaba 70 puntos en las encuestas y que Sanders se financia exclusivamente mediante pequeñas contribuciones, sin aceptar dinero de los llamados Super PACs.

Es un movimiento de base, en torno a una agenda progresista, que contra viento, marea y los medios corporativos ha sido un tsunami en movilizar en contra del estatu quo.

La primaria en New York tendrá lugar el 19 de abril. Ambos candidatos necesitan una victoria. Clinton para recuperar el impulso que ha perdido. Sanders para mostrar su garra.

En estos 9 días restantes, Sanders y Clinton se enfrentarán en un debate el 14 de abril en Brooklyn, condado donde el socialista demócrata nació hace 74 años. De ahí Bernie Sanders irá al Vaticano con una invitación especial para hablar en un simposio sobre una Economía Moral.

Si la semana que pasó ha sido emocionante, las que se vienen traen el suspenso de un “cliffhanger”.

Carlos F. Torres

 

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 4/9/2016