Juan Tena, corresponsal en MADRID- Dentro de lo que es la exacerbación de la estrategia independentista del gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña, su gobierno y la industria estadounidense del cine – los seis estudios cinematográficos más relevantes del país (lasmajors), han llegado a un acuerdo que da por finalizado el conflicto surgido a raíz de la aprobación, en julio de 2010, de la Ley del Cine catalana. Esta ley obliga, bajo amenaza de sanciones, a que las películas dobladas o subtituladas que se estrenaran en esa comunidad autónoma tengan la mitad de las copias en catalán.
Según el anuncio del consejero de Cultura del gobierno catalán, Ferran Mascarell, este acuerdo permitirá que en 2014 una de cada cuatro sesiones de película ya esté doblada en catalán, y que el número de espectadores, que en 2010 – siempre según Mascarell- fue de 117.000, supere los 1,5 millones el año próximo.
El convenio firmado con los majors prevé una partida de 1,4 millones de euros (alrededor de 1.960.000 dólares) de ayudas a los distribuidores para el doblaje, así como para la promoción de este tipo de cine. Esta cifra representa más del doble de los 600.000 euros (840.000 dólares) invertidos en el año 2010. El empecinamiento del gobierno regional en su particular guerra con la industria llegó a tal extremo que los distribuidores cinematográficos amenazaron con estrenar solo películas en versión original sin subtítulos.
Finalmente, el consejero de Cultura logró convencer a las compañías estadounidenses de la necesidad de llegar a un acuerdo para el doblaje. Mascarell, resumió su negociación con la industria cinematográfica como que: “es un gran éxito que los artistas de Hollywood hablen en catalán”.
Para una comunidad autónoma como es Cataluña, en la que la crisis económico-financiera es especialmente grave, no parece, sin embargo, importarle demasiado a su gobierno regional, que destina a la consecución de su política identitaria cientos de millones de euros, en la que el idioma catalán desempeña un papel fundamental, mientra que recurre a recorte brutales en otras partidas que daña seriamente la cohesión social.
Recortes
En los últimos meses el gobierno catalán ha efectuado recorte salvajes en sanidad (cierre de centros de salud, hospitales con mínima actividad, intervenciones quirúrgicas suspendidas, reducción de pagas extras en un 50% a más de 40.000 médicos y enfermeras, y aplazamiento del pago de complementos salariales). El pasado mes de septiembre el gobierno regional congeló, igualmente, los pagos a residencias geriátricas, de discapacitados y drogodependientes por falta de tesorería.
Peor alimentados
La educación infantil también se está viendo enormemente perjudicada, tanto el gobierno regional como el Ayuntamiento de Barcelona, han reducid la dotación presupuestaria para becas de comedor, que se recorta en dos millones de euro (2,8 millones de dólares) respecto a 2010. Esta medida afecta directamente a 15.000 niños de Barcelona. No se sabe si este recorte implicará una disminución en la cobertura (niños que pueda acogerse a la beca) o repercutirá en la calidad alimenticia.
Sin escatimar
En cuanto a la política independentista del gobierno catalán, se mantiene como un objetivo irrenunciable, tal y como se subraya en la memoria de los presupuestos para este año: “su compromiso con la cultura, la lengua y el autogobierno que se necesita para garantizar el desarrollo económico y social de Cataluñá”.
El gobierno catalán pretende destinar 500 millones de euros (700 millones de dólares) para alcanzar los objetivos antes señalados, que son equiparados con los planes estratégicos de seguridad, salud, educación y apoyo a las entidades locales.
La dirección general de Política Lingüística de esa comunicad autónoma ha destinado 41 millones de euros (57,4 millones de dólares), a cursos de catalán para inmigrantes mayores de 18 años hasta que lo puedan utilizar con normalidad en sus actividades cotidianas. Se prevé destinar dos millones de euros (2,8 millones de dólares) para promocionar la lengua catalana en productos telemáticos. Dentro de esta estrategia de “todo para el desarrollo identintario”, el gobierno destina alrededor de 400 millones de euros (560 millones de dólares) al mantenimiento de los medios de comunicación públicos, es decir del gobierno regional, que se expresan en catalán. Todo ello siempre en detrimento de la lengua del Estado, que es el castellano..
A por competencias
Por lo demás, y nuevamente dentro de la estrategia de diferenciación del resto del país, en el que hay que enmarcar, sin duda alguna, el acuerdo con la industria cinematográfica de EUA, el gobierno de Cataluña, mantiene abierta delegaciones en Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos de Norteamérica, Argentina y la Unión Europea.
Además, Cataluña está presente en cualquier parte del mundo por medio de sus 38 oficinas sectoriales de apoyo a las empresas catalanas en el exterior, más 5 oficinas de promoción de la producción cultural catalana; a ello hay que añadir la presencia oficial del catalán en 165 universidades de fuera de Cataluña impulsada por el Instituto Ramón Llull, y con una red de 123 comunidades catalanas en el exterior.
Si el coste que suponen mantener toda esta mastodontica infraestructura no fuera suficiente, el gobierno de esta comunicad participa y cuenta con el apoyo de organismos asociados que lo dotan de métodos de análisis y de expertos, tales como Casa Asia, Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona y el Patronato Catalán Mundo, entre otros muchos.
En 2005 se creó la Delegación del Gobierno ante la Unión Europea, con el propósito de impulsar la plena participación de Cataluña en la formulación de la política europea de España y de reforzar los mecanismos de participación e interlocución directa con las instituciones y la política comunitaria, que son en realidad competencias exclusivas del gobierno de la nación. Su utilidad, por tanto, su única utilidad es el intento de ir imponiéndose y, en la medida, de que el gobierno de España lo consienta, ir arrebatado arrebatando competencias al Estado en su estrategia independentista.
