Big BrotherEsta nos ha producido escalofríos.

El viernes, la agencia noticiosa Associated Press fue notificada de que el Departamento de Justicia de EUA había obtenido en secreto los registros telefónicos de sus periodistas de un periodo de dos meses.

La razón detrás de la intervención no está clara, pero los fiscales han estado investigando cómo la AP se enteró de un complot de Al Qaeda en Yemen antes de que se hiciera público el año pasado.

Los registros fueron tomados de periodistas individuales en New York, Washington y Hartford, Connecticut — de sus líneas profesionales y personales — y del número del cuarto de prensa de la Cámara de Representantes.

Hasta 100 periodistas usan la líneas de la Cámara.

Enérgicamente se ha quejado el presidente de la AP Gary Pruitt al Procurador General de la Nación, Eric Holder, en una carta. “No puede haber justificación posible para una colección tan excesivamente amplia de las comunicaciones telefónicas de la AP y sus reporteros”.

Nos recuerda un poema, o al menos una variante: “Libertad, divino te vas para no volver. Cuando pienso en tí lloro. Y a veces lloro sin querer”.

Fuente: AP en The Guardian