Mensajes por Texto Ucrania“¿Estamos diciendo ahora  que la asistencia de seguridad y la reunión con la Blanca tienen como precondición las investigaciones?” preguntó el 1 de septiembre Bill Taylor, diplomático de carrera y experto sobre Ucrania, a Gordon Sondland, quien donó un millón de dólares a la inauguración de Donald Trump y fue nombrado embajador a la Unión Europea.

La respuesta de Sondland fue “Llámame”. No se ha podido establecer sobre qué hablaron.

De lo que caben pocas dudas es que la serie de mensajes por texto enviados entre altos funcionarios de la administración Trump muestran ejemplos claros de la Casa Blanca presionando abiertamente a Ucrania a que realizara una serie de favores políticos a cambio de la cooperación del gobierno de Estados Unidos. Y la entrega de casi US$400 millones en asistencia militar aprobados por el Congreso.

Estos mensajes se hicieron públicos el jueves 3 de octubre en un interrogatorio al diplomático Kurt Volker durante 7 horas en sesión cerrada por tres comités de la cámara de representantes como parte del impeachment del presidente Donald, el cuarto impeachmente en 250 años de la república estadounidense.

La Cámara está conduciendo una investigación preliminar para formular los cargos políticos, que en este caso serían por lo menos tres. Solicitar ayuda extranjera en las elecciones; poner sus necesidades personales sobre las del país; y obstruir la labor del Congreso.

Esta primera sesión, según los demócratas comprueba que el presidente y un grupo de diplomáticos estadounidenses presionaron a funcionarios del gobierno de Volodymyr Zelensky a que investigaran a Joe Biden, vice presidente durante la administración Obama, y su hijo Hunter por presunta corrupción. Biden es precandidato presidencial del partido demócrata.

El solo hecho del presidente Trump de solicitar al gobierno de Ucrania ayuda constituye una violación de la ley.

Los estadounidenses también quieren establecer qué papel jugó Ucrania en impulsar la investigación a Trump sobre Rusia. Esta idea, que muchos consideran una teoría de conspiración, ha sido promovida entre otros por el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, que se pasea por Europa como si fuera diplomático.

La serie de mensajes es solo parte de la documentación que presentó Volker en su interrogación.

Parece ser abiertamente un quid pro quo (si tu ma ayudas yo te ayudo).

En otro mensaje, Volker escribió a Andriy Yermak anunciado que Casa Blanca trabajaría para “determinar la fecha de [una] visita a Washington”, pero solo bajo la premisa de que “el presidente Z convencerá a Trump de que investigará / ‘llegará al fondo de lo que sucedió’ en 2016”, es decir la investigación sobre el papel de Ucrania en la elección 2016.

La llamada del 25 de julio de Trump con Zelensky se ha convertido en un punto clave para la fase preliminar del impeachment, luego de que la Casa Blanca hiciera pública una transcripción en la que el presidente Trump implica que la ayuda miliar no será aflojada sino hasta que se realicen las investigaciones.

Ese mismo tema sale en un mensaje por texto a de Yermak a Volker a fines de agosto expresando preocupación por un informe que Trump estaba reteniendo ayuda militar a Ucrania. Trump canceló una visita planificada a Polonia para reunirse con Zelensky un día después.

Pero los mensajes de texto también muestran incomodidad entre algunos funcionarios de la administración Trump. En varios casos, Bill Taylor, el principal diplomático de EUA en Ucrania, expresó su preocupación de que la Casa Blanca retuviera la ayuda militar hasta que se iniciara cualquier investigación sobre Biden.

“Como dije por teléfono, creo que es una locura retener la asistencia de seguridad para ayudar con una campaña política”, Taylor envió un mensaje de texto a Sondland el 9 de septiembre, diciendo que la diplomacia se había trasladado a su “pesadilla”. guión”.

Sondland luego rechaza esa caracterización, diciendo que Trump “había sido claro como el cristal sin ningún tipo de quid pro quo”. Horas más tarde, dice no hablemos más por texto. Los textos se adjuntaron a una carta condenando el esfuerzo de Trump para minimizar su llamado a Ucrania. Fue ofirmado por los representantes demócratas Adam Schiff (California), presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara; Eliot Engel (N.Y.), presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara; y Elijah Cummings (Md.), quien preside el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara.

El presidente sigue afirmando que no ha hecho nada malo.

SIn embargo, ha cambiado su mensaje varias veces.

Inicialmente dijo que el texto de la llamada muestra que no pasó nada. “Fue perfecta”.

Al día siguiente, afirmó que estaba en su derecho de pedir información a Ucrania y también a China, donde Hunter Biden también tuvo negocios.

Finalmente el viernes 4 de octubre dijo que las investigaciones que había pedido son todas por su lucha contra la corrupción. Nada que ven con política.

La Casa Blanca, por su parte se ha negado a entregar una serie de documentos solicitados por el Congreso. La respuesta del Congreso ha sido o los afloja, o se formulará otro artículo de impeachment.

Hasta el momento, el Congreso ha pedido información al presidente, al vice presidente Mike Pence, al Secretario de Estado MIke Pompeo. Se espera que próximamente se enfrenten a William Barr, el Fiscal General de la Nación, quien en muchos casos parecería trabajar para el presidente, y no ser una agencia independiente.

Al mismo tiempo, se informó el viernes en la noche que existe otro denunciante (whistle blower) que está pensando si presentar documentos al Congreso.

En breve, el impeachmenet, o juicio político, funciona así. La Cámara abre un proceso de investigación. Los resultados de este proceso se presentan al Congreso en sesión plenaria en la forma de artículos (acusaciones) del impeachment. Se vota a favor o en contra. Si obtiene mayoría, pasa el Senado, donde se realiza el juicio.

Es un proceso duro, polarizante, que rasga la fibra política de un país dividido. En la Cámara, los demócratas son mayoría. Pero en el Senado no, y para retirar al presidente se requieren 67 de los 100 senadores. Por ello, es posible que el presidente no sea destituído, tal fue el caso durante el impeachment de Bill Clinton.

Aún así, ingresar al club de los que han sufrido este proceso es una mancha indeleble para el legado del presidente.