4464Siete años después de iniciarse, con 2.6 millones de palabras que ocupan 12 volúmenes, se han hecho públicos los resultados de la llamada investigación Chilcot sobre la participación de Gran Bretaña en la guerra de Irak. Es el tema de discusión en periódicos, noticieros, el Parlamento — toda la nación que solo ayer agonizaba sobre Brexit.

Solo basta con ver la desestabilitazión total en el Medio Oriente, donde la violencia no ha parado desde 2003 cuando llegaron las primeras tropas estadounidenses, para confirmar que la guerra ha sido una de las peores decisiones geopolíticas en tiempos recientes. Sus efectos se sentirán por generaciones.

En las seis semanas que duró la invasión murieron 147 soldados o civiles británicos, 4,487 soldados estadounidenses muertos y unos 32,000 heridos, y alrededor de 600,000 iraquíes muertos. (Señalamos aquí que calcular el número exacto de bajas del conflicto es una labor inexacta y plagada de dificultades).

El informe de la Comisión Chilcot está a disposición del público aquí. Dado el volumen de materiales, los principales medios del Reino Unido han pedido al público ayuda en examinarlos.

Al presentar su informe, Sir John Chilcot dijo que Gran Bretañna optó por participar en la invasión estadounidense sin que se hubieran agotado “las opciones de paz”.

Dijo que la decisión de atacar y ocupar una nación soberana — así estuviera gobernada por el brutal dictador Saddam Hussein — fue un hecho de “enorme gravedad”.

La manera en que el Primer Ministro Tony Blair presentó el caso a favor de la guerra estuvo plagado de irregularidades, sostiene el informe. Agregó que el famoso dossier que en septiembre de 2002 Blair presentó a la Cámara de los Comunes “no sustentó sus acusaciones de que Irak tenía un creciente programa de armas químicas y biológicas, según informa The Guardian. 

El informe critica las afirmaciones de Blair en el sentido que no hubo manera de anticipar el caos que generaría la invasión. “Los riesgos de un conflicto interno en Iran, la actividad de Irán de ampliar sus intereses, la inestabilidad regional, y la actividad de al-Quaeda en Irak habían sido indentificados durante la invasión”.

El informe publica correspondencia entre Tony Blair y George W. Bush, nueve meses antes de la invasión de Irak “asegurándolo de que estaría con él, en lo que fuera”.

Tony Blair, cuya carrera política fue básicamente destruida por la guerra de Irak, enfrenta nuevos ataques.

Tony Blair, en un comunicado hecho público al mismo tiempo que el informe, sostiene que muestra que él no “hizo un compromiso secreto” con George Bush, no falsificó información, ni intentó engañar a su gabinete.

Sin embargo, Alex Salmon, ex primer ministro de Escocia, comentó: “Luego de la carnicería [de la guerra en Irak] la gente inevitablemente se va a preguntar si fue un conflicto inevitable y valió la pena. La respuesta de Chilcot es indudablemente no. ¿Y quién es responsable? La respuesta es sin duda Tony Blair. Ahora deben tenerse en consideración las consecuencias políticas y legales apropiadas para los responsables”.

El informe Chilcot ha desplazado por lo menos este 6 de julio 2016 a Brexit de los titulares.

Fot via The Guardian