El caballo volador de Quijote, símbolo del barroco, ElMolinoonline.comEn el foro The Stone, el blog presentado por el New York Times, William Egginton, profesor de lenguas románicas y literatura de la Universidad de Johns Hopkins compara el momento actual, donde la realidad a veces parece ficción. ‘Quixote’, Colbert and The Reality of Fiction produjo el siguiente comentario de Germán M. Torres, Phd, y lector de El Molino

El artículo de William Egginton es parte de una discusión más amplia, también en las páginas del New York Times y liderada por Stanley Fish, sobre el papel de las humanidades [humanities] en el currículo universitario actual.  Obviamente, la discusión obedece a los recortes drásticos en presupuestos que han llevado a clausurar programas enteros, como sucedió en New York, Florida y Louisiana y muy posiblemente suceda en otros estados.

Respecto a la obra de Sofocles, Shakespeare y Dante, Egginton formula la pregunta siguiente, “¿Ofrece o no esta narración artística información sobre la naturaleza humana tan iluminadora como mucha de la que las ciencias físicas han producido?” La respuesta es, sin duda alguna, un enorme y categórico sí.

La selección de la obra de Cervantes es perfecta para ilustrar el caso.

El juego entre ficción y realidad en El Quijote, en particular en la Segunda Parte con la Insula Barataria y el viaje en Clavileño, el caballo volador, es precisamente el espacio entre la retórica triunfalista de la España imperial y la decadencia que ya se notaba y que sería parte de la condición nacional hasta finales del siglo XX.

Es la estética del barroco, del desengaño –“Miré los muros de la patria mía, / si un tiempo fuertes ya desmoronados” escribe Quevedo unos años más tarde.

Le faltó, sin embargo, a Egginton el espacio necesario para colocar la labor desmitificadora de [Stephen] Colbert en el espejismo barroco que se vive en EUA hoy en día: el discurso nacionalista y agresivo –“american exceptionalism”—de los aspirantes a la presidencia en un país que está despidiendo maestros, cerrando bibliotecas mientras la plebe aplaude la idea de dejar morir a una persona sin seguro médico y la pena de muerte.

Cervantes hubiera podido escribir para largo.

Columna en inglés New York Times