Nuevo proceso de deportacionesInforma Kim Soffen en el Washington Post en español. El pasado martes, la administración Trump difundió memos en los que autoriza a las autoridades federales a deportar inmigrantes sin documentos de forma más agresiva, en línea con las Órdenes ejecutivas firmadas por el Presidente sobre seguridad en las fronteras.

A medida que los cambios se vayan implementando, las diferentes agencias gubernamentales y tribunales que participan en el proceso se verán afectados.

El proceso por la vía rápida permite deportar a inmigrantes sin documentos sin pasar por el sistema de tribunales. Es un sistema más rápido — según Phil Torrey, abogado supervisor para Harvard Immigration Project— que normalmente tarda alrededor de dos semanas y se usa para deportar a inmigrantes que no llevan en los Estados Unidos mucho tiempo. Permite al gobierno deportar inmigrantes que están menos protegidos por la constitución o el derecho internacional.

Los que superan el proceso por la vía rápida, entran en el proceso normal. Este, por el contrario, es el que siguen los inmigrantes más protegidos por el derecho y es más largo — según Torrey y León Fresco de Holland & Knight LLP, un bufete de abogados en inmigración— puede durar de dos a tres años, pero incluso hasta diez. Este proceso se desarrolla en los tribunales de justicia.

Uno de los grandes cambios presentes en la nueva propuesta de Trump es la definición de quién es elegible para el proceso normal. En la era Barack Obama, el proceso por la vía rápida era usado sólo con inmigrantes detenidos a menos de 100 millas (161km) de distancia de la frontera y con menos de 14 días en suelo estadounidense. Incluso en este supuesto, existían algunas excepciones. Trump en cambio, usará la vía rápida para inmigrantes que han estado en el país dos años o menos y son detenidos a menos de 100 millas de la frontera. También habrá menos excepciones.

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