La caída de un presidencial francés, ElMolinoonline.comThomas Samson pinta en L’Express un patético cuadro de Dominique Strauss-Khan, quien hasta mayo del 2011 se consideraba posible candidato por el partido Socialista de Francia para enfrentar a Nicolas Sarkozy en las elecciones de mayo del 2012.

A partir de esa fecha, cuando fue acusado de violación primero en New York, luego en París, su vida se ha venido desarmando.

El 16 de octubre, volvió a salir su nombre en lo que se llama el Affaire Carlton Lille, donde aparece como cliente frecuente de una cadena de prostitución organizada.

Traducimos extractos de un artículo bastante extenso.

“La mirada concava, las mejillas casi hundidas. Su barba blanca escasamente las esconde, como una señal algo sucia del tiempo que se le escapa. Hace mucho que no se corta el cabello, de hecho, en las últimas semanas, lo ha ido perdiendo. […]

“Los hombros caídos, solo, con un maletín de cuero negro en la mano, patético vestigio de su época de Director Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, cuando llevaba consigo a todas partes los temas que habría de salvar la economía mundial de un cataclismo general. Hoy en día, en esa carpeta inútil de hombre de negocios, Dominique Strauss-Kahn guarda su iPad. También un libro, quizás un DVD de una serie de televisión que no ha terminado – los últimos restos de una vida destrozada.

“La mirada que le lanza el fotógrafo esconde en la distancia, dos ojos negros, sombríos que indican su resignación y cansancio tal vez con mayor violencia que la pena.

“Hasta el 16 de octubre, fue sólo una caída. Desde el 16 de octubre es una debacle. Desde que su nombre apareció en el Affaire del Carlton en Lille, desde que DSK fue designado como un cliente habitual de una red de prostitución organizada, desde que su orientación sexual se convirtió en el tema de discusión de los cafés, la tragedia del posible presidente caído ha tomado la apariencia de una farsa patética y grotesca […]

“Incluso su labor al frente del FMI va desapareciendo detrás de la imagen que emerge en un vacío, el de un “follador” compulsivo que se aprovechaba de los viajes que exigía su cargo para arreglar exquisitas citas en todo el mundo. Ya no es un hombre lo que ven disolverse los franceses, son dos: el señor Dominique y el doctor Strauss-Kahn.

“De la misma manera que como ministro fue capaz de aplicar medidas en que él no creía, y defendió públicamente políticas que venía de atacar en reuniones cerradas, sin jamás sentir que era deshonesto ante los franceses, él jugó todos los papeles de las diferentes escenas de su vida, pasando de uno a otro con la facilidad que se enciende y apaga una habitación. Convencido de que era suficiente pasar a negro para ser invisible ante las miradas.

“Hoy en día, Strauss-Kahn ha aprendido que los hombres ni son grandes ni pequeños – son hombres. Lo que los distingue es a menudo nada más que los impulsos del libido, y su capacidad de dominarlos”.

Artículo en francés