Un simulacro de guerra secreto realizado este mes por el Pentágono ha llegado a la conclusión de que un ataque israelí contra Irán conduciría a una guerra regional más amplia, que al involucrar a EUA, costaría cientos de muertos estadounidenses, escriben Mark Mazzetti y Thom Shanker en The New York Times.
Mediante estos juegos de guerra, las fuerzas militares de EUA querían evaluar el efecto de un ataque de Israel contra Irán.
El ejercicio fue diseñado específicamente para probar las comunicaciones militares internas y la coordinación entre grupos militares en el Pentágono, el comando central de Tampa, y el Golfo Pérsico, dice.
Un escenario que contempló el ejercicio, que duró dos semanas, fue un ataque de Irán a un buque estadounidense en el Golfo, causando 200 bajas, apunta.
Al final, el juego de guerra reforzó ante funcionarios estadounidenses el carácter imprevisible e incontrolable de un ataque por parte de Israel, y un contraataque por parte de Irán.
En el mejor de los casos, dice el Times, el simulacro indica que el ataque de Israel retrasaría el programa nuclear de Irán por más o menos un año, mientras que el ingreso de EUA lo demoraría dos años más, dice.
Los resultados, agrega el Times, podrían dar una voz más recia a aquellos en la Casa Blanca, el Pentágono y las agencias de inteligencia que advierten que dicho ataque podría resultar peligroso para EUA.
Agrega el Times que los servicios de inteligencia de EUA e Israel coinciden sobre el progreso que ha registrado Irán hacia el enriquecimiento del uranio, aunque hay desacuerdo sobre cuánto tardaría a los iraníes desarrollar armas nucleares si optaran por hacerlo.
También hay desacuerdo sobre los resultados de la guerra.
Según el Times, el ministro de Defensa Ehuk Barak dijo en noviembre que, por dura que fuera, una represalia iraní no sería fatal contra Israel. “No habrán 100,000 muertos, ni 10,000, ni 1,000. El estado de Israel no sería destruido”.
