Para la presidencia de Donald Trump, que desde su primer día ha rebotado de una crisis a otra, el 9 de abril 2018 ha sido definitivamente su peor día y ha puesto a EUA al borde de un precipicio constitucional.
Las redadas por agentes del FBI de las oficinas en New York de Michael Cohen, abogado por más de una década del actual presidente y magnate de la finca raíz, marcan una escalada en la investigación, donde las sospechas de conducta criminal podrían extenderse al mismo presidente.
El presidente reaccionó enérgicamente. La reunión con el estado mayor donde iba a discutir la crisis en Siria sufrió un desvío de ocho minutos mientras el presidente despotricaba contra la investigación, a la que se refirió como una “cacería de brujas”, una “desgracia”.
Queda por verse qué va a hacer al respecto.
Según informes, agentes del FBI realizaron redadas en los despachos y el hotel donde Cohen se hospeda mientras su casa sufre renovaciones. Cohen ha reconocido haber pagado US$130,000 para comprar el silencio de Stormy Daniels, una actriz de porno que asegura haber tenido un encuentro sexual con Donald Trump cuando en que su esposa Melania acababa de dar a luz.
El pago se realizó en los días finales de la campaña electoral 2016 y podría ser una violación de la ley electoral, lo cual constituye un crimen.
El presidente sostiene que no tenía idea de que el pago había tenido lugar.
Además, según diversos informes, los agentes buscaban documentos relacionados con posible fraude bancario y fraude en las finanzas de la campaña. Según los informes, entre los documentos que se llevaron los agentes se incluyen comunicaciones entre Cohen y sus clientes, de los cuales el principal es el mismo Trump.
Hace unas semanas el fiscal independiente Robert Mueller, quien busca interrogar a Donald Trump, había dicho que el presidente no era el “blanco” (target) de una investigación sino solo un “sospechoso”.
Michael Cohen, conocido por sus amenazas contra los enemigos de Donald Trump, estuvo involucrado hace algunos años en la negociación para la construcción de una torre Trump Tower en Moscú.
Esta es una muy pésima noticia para Trump, quien puede haber cometido una violación grave de las leyes de financiamiento de campaña si ordenó a Cohen que pagar a Daniels.
Cabe señalar que la redada no fue conducida por el equipo del fiscal Mueller, sino que él remitió información que encontró durante sus investigaciones a la fiscalía federal del estado de New York, la cual ahora está investigando a Cohen. Para poderse realizar la redada, los investigadores han tenido que presentar documentación de que un crimen pudo haberse cometido, convencer a la autoridad competente de que no basta con pedir la documentación porque existe el peligro de que se destruya evidencia, y obtener una orden judicial.
Todo esto requiere la autorización de la cúpula mayor del Departamento de Justicia.
La ultraderecha del país, impulsada por comentaristas de Fox News como Lou Dobbs, han dicho al presidente que es hora de despedir “al hijueputa” de Mueller.
Ello produciría una crisis constitucional como no se ha visto en la historia del país.
