Si existe el infierno, no le quepa duda que ahí terminará este taxista de Tegucigalpa que obligó a una madre a dar a luz en la calle sola, tras sacarla del auto en que la conducía a la emergencia.
Dice la madre, Ana Belis Hernandez, que el taxista no quería nada que ver con la sangre y todo lo relacionado a un parto.
Temía que le mancharan el auto.
Las autoridades, dice Primer Impacto de Univisión, están buscando al taxista, que es un miserable cobardón.
Lo más seguro es que supiera que el bebé llegaría en cualquier momento cuando accedió a llevarla.
No es que un embarazo se pueda esconder así no más.
Y, después de todo, ¿no es conducir a mujeres embarazadas al hospital parte de las responsabilidades de un taxista?
Ahora bien, si el taxista es un ser despreciable, qué se dice de los conductores que pasaron y vieron a la señora dar a luz, completamente sola al lado de una carretera.
Lo dice doña Ana Belis Hernández en sus propias palabras, muchos pasaron al lado pero “Nadie se bajó”.
Cuando llegaron los bomberos, afortunadamente, la bebé se encontraba bien.
Vino a un mundo de desalmados: le deseamos lo mejor.
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