Buques en hielo Tal fue la preocupación de Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial con los ataques por los submarinos alemanes a los convoys de suministros que entretuvo la idea de construir portaaviones construidos en bloques de hielo, informa Stephen Battersby en New Scientist.

Churchill sabía que sin los suministros estadounidenses, Gran Bretaña sufriría terriblemente y por lo tanto aprobó un proyecto para crear barcos en hielo de 600 metros de largo, 100 de ancho con cascos de 12 metros en grosor, que los torpedos alemanes jamás lograrían hundir.

Cualquier daño por los torpedos sería resuelto al congelar nuevamente la embarcación, la cual costaría menos que un portaaviones convencional.

El ambicioso empeño recibió el nombre de Proyecto Habbakuk.

Dice New Scientist que científicos canadienses ayudaron en la construcción de un modelo a escala, el cual produjo resultados positivos.

Luego, Gran Bretaña ordenó 11 de esas embarcaciones y fue en ese momento que comenzaron las preocupaciones, ya que según alguien diría “era casi tan complicado como enviar una nave a la luna”.

In any case, this pleasingly mad idea was soon made redundant by somewhat more mundane developments, including longer-range bombers and new airbases in Iceland. In December 1943, project Habbakuk was dropped.

De todas maneras, concluye New Scientist, con el desarrollo de aviones de mayor alcance y bases aéreas en Islandia el proyecto Habbakuk fue archivado en diciembre de 1943.

 

Artículo en inglés

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