Juan Tena, corresponsal MADRID – El Rey de España, por mediación del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, se desembaraza de su yerno, Iñaki Urdangarin, casado con la Infanta Cristina y residente desde 2009 en Washington. (ver en el Molino “Urdangarin hizo negocios de dudosa legalidad con infinidad de organismos por toda España“).
El jefe de la Institución anunció el pasado lunes que el esposo de la infanta Cristina dejaría de participar en actos oficiales de la Corona. “Ante las múltiples filtraciones confusas, reiterativas, pero suficientemente ilustrativas [en referencia a los negocios de Urdangarín], sí tengo que decir que no me parece que haya tenido un comportamiento ejemplar”, declaró Spottorno en un desayuno informativo convocado en el Palacio de la Zarzuela. Aseguró, igualmente que: “La Casa no puede ir más allá porque sería hacer un juicio injusto”, ha añadido.
A fin de restablecer la confianza del país, dañada por el “poco ejemplar” comportamiento del yerno del Rey, la Casa Real ha decidido a partir de ahora a detallar antes de final de año sus gastos. La Laca publicará en su página electrónica oficial un desglose de sus cuentas en capítulos y subcapítulos, como el resto de las administraciones públicas.
El Rey dispone este año de un presupuesto de 8,43 millones de euros (11,3 millones de dólares), un 5 por ciento menos que en 2010). Don Juan Carlos puede distribuir “libremente” este dinero para el “sostenimiento de su Familia y Casa”, de conformidad con el artículo 65 de la Constitución española.
El jefe de la Casa del Rey, aseguró, asimismo, que en este momento hay un grupo de trabajo estudiando la posibilidad de recortar gastos no en esa partida de los 8,43 millones, sino en las que dependen del Ministerio del Interior (seguridad); Hacienda (parque móvil); Patrimonio Nacional (empleados que custodian y mantienen los palacios); Defensa (Guardia Real), y Presidencia (la secretaría general de la Casa).
Todas las fuentes consultadas han alabado la decisión del monarca, quien desde la época de la Transición siempre y en todo momento ha antepuesto los intereses de España, de los españoles y de la institución monárquica a cualesquiera otros intereses. Incluidos, como así ha quedado patentes, el relacionado con el consorte de su hija menor, la infanta Cristina.
La decisión de la Casa Real de apartar a Urdangarin de los actos oficiales de la Corona estaba tomada hacía tiempo. Sin embargo, la declaración del propio Urdangarin en la que se limita a señalar a los medios de comunicación y a los “comentarios” que de ello se deriva como los responsables de la situación por la que atraviesa él, su familia y la Casa del Rey: “Ante la acumulación de informaciones y comentarios aparecidos en los medios de comunicación relativos a mis actuaciones profesionales, deseo puntualizar que lamento profundamente que los mismos estén causando un grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa de su Majestad el Rey, que nada tienen que ver con mis actividades privadas”.
Esta insuficiente explicación ha motivado la decisión de la Casa Real de apartar a Urdangarin del entorno de la Familia Real y de sus actividades oficiales. Esta medida, sin duda que directa del propio Monarca, supone de facto “dejar a su suerte” al marido de su hija menor, desvinculando totalmente la institución monárquica del proceso en el que pueda verse envuelto Urdangarin en un futuro próximo.
En cuanto a la infanta Cristina, don Juan Carlos no ha tomado medida alguna pero quizá, sino ahora, más adelante, podría también apartarla de los actos oficiales de la Casa Real, algo que no tiene precedentes en la reciente historia de España.