Tom Price, el Secretario de Salud de EUA, recibió su toque de gracia el viernes, luego de que el presidente Trump dijera ante las cámaras que “no estoy muy contento” con las noticias de que el funcionario gastado casi un milón de dólares de los contribuyentes en viajes en aviones privados y naves militares, muchos de los cuales eran con motivos personales, escasamente camuflados como reuniones de trabajo.
Incluían esquemas como organizar reuniones en una isla en Georgia, propiedad de él y su señora. U viajar de manera que pudiera visitar a su hijo. Siempre en avión privado, pasándole la cuenta a los contribuyentes.
Desde hace algunas semanas, el portal POLITICO venía escarbando, exponiendo los abusos por parte de un miembro del gabinete de una administración que llegó a la presidencia denunciando los presuntos abusos de la previa administración. Y la clase política en la capital.
POLITICO, en diversos reportajes, obtuvo los intinerarios del ex Secretario Price, comparó con disponiblidad de rutas vuelos comerciales, comprobó que no existía justificación alguna para esos gustos excesivos.
A comienzos de la semana, estanado ya a la defensiva Price fue entrevistado por Fox News, donde dijo que él reconocía “ópticamente no luce bien”, dejaría de volar privado y pagaría por “su puesto” en los viajes.
Pero su oferta de pagar cerca de US$50,000 fue rechazada, ya que los gastos alcanzaron el millón de dólares, y no tuvieron lugar únicamente luego de que él pidiera avión privado.
La salida de Tom Price es uno menos del gabinete, en una administración que en 9 meses en el poder ha perdido más de una docena de funcionarios, entre ellos el jefe del gabinete, el secretario de prensa y dos directores de comunicaciones.
Otros tres miembros del gabinete han sido acusados de viajar en aviones privados.
Además de los viajes, Price le sacó la piedra a Trump por su incapacidad de convencer al Congreso de que aprobaran la ley de salud, con que la administración quiere sustituir Obamacare. Esta es una prioridad para la administración, prometida en la campaña electoral. Sin embargo, Price jugó un papel mínimo en las negociaciones con el congreso, porque estaba viajando.