Visite usted cualquier centro comercial de Estados Unidos, camine usted por la Quinta Avenida u otro sitio que congregue mujeres bellas y elegantes, salga de tiendas las verá en las vitrinas: hermosas y provocadoras modelos, luciendo ropa íntima diseñada para gustar, y las compradoras, exhibiendo sus bolsas. La omnipresencia de Victoria’s Secret es de todo menos discreta.

Es el tema de un artículo en Newsweek que explica el secreto del éxito y el impacto de de esta cadena.

Hace 30 años, dice, “La mujer americana usaba Fruit of the Loom, Hanes o Jockey, panties pragmáticos que se compraban en paquetes de tres en distribuidores masivos”. El resto, menos funcional y un poquito más sexi, se reservaba para ocasiones especiales, como la luna de miel, un escape romántico. Y luego estaba Frederick’s de Hollywood, cuyo nombre no se mencionaba.

Hasta que un individuo llamado Leslie Wexner compró una pequeña cadena de San Francisco, que iba camino a la bancarrota, sacando la ropa íntima provocadora de la zona roja, colocándola en las pasarelas de la moda y llenando con ella los cajones de ropa interior de la mujer estadounidense, agrega Newsweek.

En 28 años, al hacer la ropa interior femenina sexy asequible, accesible y aceptada la tienda vendió en el 2009 US$10,750 millones. Rediseñó los calzones y brasieres de todas, poniendo enorme presión en la industria que ha impulsado a las tiendas de departamentos a tomar más en serio la moda, abriendo, además, terreno para otras marcas como Hanky Panky, Josie Natori, American Eagle Ouftitters y Abercrombie and Fitch.

“Es una categoría con una diversidad mucho más grande” dice Wendy Liebman, presidenta de WSL Strategic Retail. “Los otros jugadores han sido obligados a volverse más competitivos”.

Un anuncio televisado durante el Super Bowl en 1999 envió millones de visitantes a la página de Victoria’s Secret y mil millones de personas en 100 países fueron a ver el espectáculo.

Artículo en inglés

Foto cortesía de parisbeyrouth via flickr