Energético, con un sentido de urgencia y desprovisto del idealismo que marcó su primera inauguración.
Ese fue el Barack Obama que ayer habló frente a un millón de personas enWashington D.C., y ante la humanidad entera que, por la influencia de EUA en el mundo, siguió el comienzo de su segundo mandato.
Ayer el presidente reivindicó claramente la visión liberal del país, diciendo que refleja el sentir de los fundadores de la república y por lo cual no hay que disculparse.
“No creemos que en este país la libertad deba reservarse para los afortunados, ni la felicidad para los pocos”, dijo.
Este sentir indica que, a diferencia de su primer gobierno cuando la búsqueda constante por un compromiso desilusionó a muchos partidarios, el presidente se va a fajar cuando lo considere necesario.
El Barack Obama que vimos ayer llegó curtido tras sobrevivir exitosamente los graves problemas que había heredado y algunos que él mismo creó.
Hace cuatro años, EUA estaba involucrado en dos costosas guerras; hoy una ha terminado, en Irak, la otra está llegando a su fin, Afganistán.
A Obama le fue entregada una economía yéndose a pique, en la peor crisis en más de medio siglo; hoy día se ve cierto resurgimiento económico.
Durante el primer periodo de Obama también se vivieron enfrentamientos paralizantes con un congreso dominado por los republicanos; la fuga de petróleo en el golfo de México; un cambio casi total en el Medio Oriente y el surgimiento de la extrema derecha organizada en el Tea Party.
Además, el mismo Obama optó por librar una intensa batalla sobre la reforma del sistema de salud, enfrentamiento que si bien logró ganar, lo hizo al costo de agravar las profundas divisiones en EUA.
El presidente que ayer inició su segundo y último mandato, comenzó en su discurso a sentar las bases para el Estado de la Unión, donde anunciará sus planes específicos para el próximo año.
Pero desde ya se sabe que luchará contra recortes en los programas sociales que el congreso republicano ha querido eliminar para combatir el déficit.
A juzgar por lo que vio el mundo ayer, será un presidente Obama dispuesto a enfrentar a los republicanos, listo para potenciar el crecimiento de su partido que, basado en los cambios demográficos del país, implementará una agenda en pro de los diversos segmentos que lo componen:
Porque nuestro viaje no está completo hasta que nuestras esposas, nuestras madres, y nuestras hijas puedan ganarse la vida de acuerdo a sus esfuerzos. Nuestro viaje no está completo hasta que nuestros hermanos y hermanas homosexuales sean tratados como cualquier otro bajo la ley –porque si somos realmente creados iguales, entonces seguramente el amor con que nos comprometernos unos con otros debe ser igual también. Nuestro viaje no está completo hasta que ningún ciudadano sea obligado a esperar durante horas para ejercer el derecho al voto. Nuestro viaje no está completo hasta que encontremos una mejor manera de dar la bienvenida a los esperanzados y luchadores inmigrantes que todavía ven en Estados Unidos la tierra de oportunidad, hasta que los brillantes estudiantes y los ingenieros sean enlistados en nuestras fuerzas de trabajo en lugar de ser expulsados de nuestro país. Nuestro viaje no está completo hasta que todos nuestros hijos, desde las calles de Detroit hasta las colinas de Appalachia hasta las calles de Newtown, sepan que les cuidamos y que les queremos, y que siempre les cuidaremos de los peligros.
Ayer vimos a Barack Obama, preocupado por su lugar en la historia, consciente de que tiene cuatro años para grabar su legado y determinado a que este legado sea uno en que el liberalismo sea la ideología nacional de EUA.
Foto oficial Casa Blanca por Sonya N. Hebert
Texto completo del discurso (inglés)
Texto completo del discurso (español)
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