Hace 100 años, la humanidad comenzó el apocalíptico conflicto que primero se conoció como la Gran Guerra y, después de que unos años después estallara otro aún peor, llegó a conocerse como la Primera Guerra Mundial.
El evento ciclístico más importante en el mundo, el Tour de France, conmemoró el centenario con siete etapas en el trayecto de Flandes a los Vosges, recorriendo ciudades que hace un siglo fueron sinónimos de trincheras, sangre, gas mostaza y centenas de miles de muertos: Ypres, la Somme, Verdun.
En 1914, el Tour se inició el 28 de junio, día en que fue asesinado el archiduque Francisco Fernando, heredero al trono austro-húngaro, evento que haría estallar la guerra un mes después.
Para el fin del Tour, dice una nota en France TV, muchos ciclistas cambiaron sus caballitos de acero por rifles y al culminar el conflicto había sido diezmado el deporte.
De los 145 que salieron en el Tour ese año, 15 morirían en la guerra, incluyendo los tres ganadores. Cuarenta y ocho soldados muertos habían participado al menos una vez en la competencia.