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Históricas victorias en la segunda vuelta de las elecciones al senado en el estado de Georgia dan control de ambas cámaras del congreso a los demócratas y propinan un cachetadón a Donald Trump, quien la noche anterior había realizado un nutrido acto de campaña allí.

El reverendo Raphael Warnock derrota a la actual senadora Kelly Loeffler.

Warnock será el primer senador negro en la historia de Georgia. Nació en medio de la pobreza, uno de 12 hijos en vivienda pública, en épocas de segregación racial. Fue el primer graduado universitario de su familia.

En contra, Loeffler que junto con su marido tienen una fortuna de alrededor US$900 millones, se ha negado a aceptar su derrota, siguiendo una práctica iniciada por el mismo Trump. 

En la otra campaña, entre el republicano David Purdue y el demócrata Jon Ossoff, el resultado es más cerrado. Ossoff puntea por alrededor de 17,000 votos.

Dave Wasserman del Cook Report, pronunció sus famosas palabras “I’ve seen enough”. Poco antes de la medianoche. Por lo estrecho del margen, es posible que se lleva a cabo un reconteo, automático por máquina.

Es una diferencia de votos algo parecida la la victoria de Joe Biden sobre Donald Trump en noviembre.

Con ello pierden los republicanos control del senado de EUA.

Este triunfo demócrata es una humillante derrota para Donald Trump: Solo la noche anterior había participado en un nutrido mitin (sin tapabocas) en el estado. Había traído todo su equipo, sus hijos, las parejas — todos los de siempre. 

Trump sigue alegando que perdió la elección porque le han hecho trampa y sigue organizando a sus partidarios para que cambien el resultado.

También aplasta a Mitch McConnell, líder del senado, cuyo férreo control de la agenda legislativa desde la época de la presidencia de Obama frustró cualquier intento de bipartidismo. 

Solo la semana pasada McConnell se había negado a aumentar a US$2000 la ayuda del gobierno a los damnificados por la pandemia. (Aprobó US$600, que no alcanzan para nada). Con millones de desempleados, de personas que han quedado sin ahorros, todo EUA siguió por la televisión el debate sobre esa ayuda, el cual fue impulsado por el senador Bernie Sanders. 

Stacey Abrams

El éxito hubiese sido imposible sin la labor de Stacey Abrams, ex legisladora estatal, quien inscribió votantes, luchó en los tribunales por sus derechos, los y las educó en cómo, dónde, y cuando votar.

Abrams lidera el grupo Fair Fight

Con estas dos victorias, los demócratas tendrán 50 escaños, lo cual les da control efectivo del senado ya que la vicepresidenta Kamala Harris tiene el voto decisivo. A partir del 20 de enero.

El triunfo de Joe Biden — cuyo partido ahora tiene la presidencia y ambas cámaras del Congreso — es producto del trabajo de coalición entre blancos progresistas, la comunidad negra, grupos religiosos., que buscan un cambio real.

Ya comienzan a escucharse voces de la izquierda impulsando medidas progresistas. Twitter de Alexandria Ocasio-Cortez

https://twitter.com/AOC/status/1346819123716780033

Al mismo tiempo, divide el partido de Donald Trump, que se posiciona en la ultraderecha violenta, con el apoyo de algunos congresistas y senadores y de sectores racistas con los que la mayoría de estadounidenses no conoce.

Hoy mismo, la llamada base de Trump, grupos de choque neofascistas ha convocado a una manifestación en Washington D.C. a la cual se va a dirigir en persona el mismo presidente.

Anoche los Proud Boys (una de estas agrupaciones) se enfrentó a golpes con la policía de la capital. (Cabe recordar que solo hace algunos meses era los defensores de la policía).

Pero detrás de esta violencia se esconde una realidad: que en cuatro años Donald Trump destruyó el partido republicano. Eso mismo están diciendo periodistas de la derecha.

Se abre una nueva era en EUA de mucho optimismo y, a la vez, grandes peligros.