Más que apoyo a los masivo para republicanos, la derrota electoral del partido demócrata fue un repudio masivo al presidente Barack Obama, señala Douglas Schoen en Daily Beast.

Analiza cifras de la compañía de sondeos Edison Research.  La votación se dividió de la manera siguiente: 36% demócratas, 36% republicanos y 28% sin afiliación.

Agrega que mientras que hace solo 2 años, en el 2008, la votación había sido 52-44% a favor de Obama, en este comicio fue 55-39% a favor de los republicanos. En términos raciales, la división fue 60-38% a favor de los republicanos, lo cual muestra que el presidente enfrenta un problema muy serio entre la población blanca.

La votación de los hispanos y afro-americanos cayó en números absolutos pero los hispanos particularmente siguen mostrando su poder, al ser ellos claves para la victoria de Harry Reid, actual jefe del Senado que en un momento se le consideró como un caso perdido, como senador por Nevada. El porcentaje de votantes entre los 18 y 25 años, que en el 2008 había sido 18%, cayó a un 11%.

Lo más crítico, agrega, es que el descontento con ambos partidos es superior al 50% de lo votantes. Y en ese sentido la elección fue malas noticias para demócratas y republicanos.

Artículo en inglés