Los indignados que a partir de mayo 2011 se tomaron las plazas por toda España en contra de la austeridad y la corrupción generalizada por parte de los partidos políticos tradicionales se volcaron a las urnas en las elecciones autonómicas y municipales. Y, al contarse el último voto, habían puesto patas arriba la estructura política — el binomio PP-POE– que ha dominado el país desde la muerte de Francisco Franco hace 40 años impulsando el movimiento de oposición Podemos.
En las elecciones autonómicas y municipales, conocidas en España como 24M, se votó la composición de 13 comunidades, Ceuta y Melilla y 8,119 Ayuntamientos de España. Participaron 22,669,649 millones de españoles o 64.5% del electorado hábil.
En breve, el resultado ha sido una contundente derrota para el gobernante Partido Popular y el oficialista Partido Socialista Obrero Español, que en conjunto perdieron casi tres millones de votos en comparación con las elecciones en 2011.
Mientras que en 2011 el PP conquistó el 37.5% de los votos, esta vez obtuvo solo el 27%, sufriendo serios golpes en Madrid, Valencia, Coruña, Santiago, Valladolid, Oviedo, Cádiz y Huelva.
Pero a diferencia de previas elecciones la derrota de un partido (el PP) no se tradujo automáticamente en victoria para el otro (PSOE), ya que ambos estaban manchados por el estigma de la corrupción generalizada.
En Andalucía, baluarte del PSOE, los socialistas se mantuvieron firmes, pero aún así ahora requieren alianzas para gobernar.
Candidatos de coaliciones ciudadanas capturaron la alcaldía de Barcelona y posiblemente la de Madrid.
Así, Ada Colau quien por dos años organizó movilizaciones en contra de los desahucios inmobiliarios de familias víctimas de la crisis económica, pasa a ser la primera alcaldesa de Barcelona por la coalición Barcelona en Comú; mientras que en Madrid la juez Manuela Carmela al frente de la lista Ahora Madrid se perfila como posible ganadora mediante una coalición sobre Esperanza Aguirre, candidata apoyada por el presidente del gobierno Mariano Rajoy.
Tanto en Barcelona como en Madrid las candidatas opositoras gozaban del apoyo de Podemos, la agrupación de la extrema izquierda que en menos de dos años de existencia sale de esta elección como la tercera fuerza política del país, con representaciones en todas las autonomías del país.
Podemos presentó candidatos en las autonomías pero en áreas metropolitanas participó mediante alianzas electorales.
Para la izquierda, en palabras del carismático líder de Podemos Pablo Iglesias, una “noche mágica”.
Podemos queda en magnífica posición para presentarse las elecciones generales de fin de año.
Europa comenta sobre la elección.
