LA PATILLA — por Leopoldo López. Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de participar en un evento que moldea la historia de un país, de toda una sociedad. Son pocos los que pueden vivir de cerca un acontecimiento que, a los pocos años, entrará en los libros de historia como un hito trascendental en la vida de un pueblo, de una nación.

Los venezolanos de esta hora somos afortunados, porque en solo 48 horas vamos a participar en uno de los procesos electorales más importantes de toda nuestra vida republicana. Unos comicios que serán seguidos por cientos de millones de personas en todo el mundo, y que marcarán a toda una generación. Un evento que nos llena de esperanza y de ilusión, porque representa el comienzo de un proceso de construcción de un futuro mejor para todos; una historia en la que tú serás uno de los protagonistas.

Porque dentro de algunas décadas, cuando estés sentado junto a tus hijos en una reunión familiar, seguramente algún jovencito se acercará a ti y te preguntará: ¿Dónde estabas tú aquel domingo 07 de octubre de 2012? ¿Qué hiciste ese día? Y te llenarás de orgullo al recordar cómo aquella mañana fuiste muy temprano a votar, junto a millones de personas que hicieron sus colas, con paciencia, a las puertas de cada centro de votación. Le contarás cómo viste a cientos de jóvenes de 18 años que se estrenaban en democracia, ejerciendo por primera vez su derecho a elegir; y cómo fuiste testigo del esfuerzo de decenas de abuelitos que superaron cualquier dolencia, cualquier obstáculo, para depositar su voto y sentirse parte de la historia. Recordarás que convenciste a varios amigos apáticos, indecisos o temerosos, que en el último minuto se sumaron a esa marea tricolor que expreso su voluntad en paz y tranquilidad.

Será una jornada histórica, de reconciliación y unidad entre millones de personas que iremos juntos a expresar nuestro deseo de tener una Venezuela de paz, bienestar y progreso. Porque todos los venezolanos, sin excepción, queremos un país que nos brinde mayor tranquilidad, mejores oportunidades, donde todos los derechos sean para todas las personas, y que pueda superar la pobreza en paz y democracia.

Somos muchos los que tenemos años esperando este momento, y estamos listos para defender la voluntad de nuestro pueblo y abrir de par en par las compuertas del futuro. Algunos todavía sienten temor o angustia por ejercer su derecho, porque han sido víctimas de presiones o chantajes de todo tipo. A ellos les decimos que no se amedrenten, que llegó la hora de sacudirse el miedo, de ser valientes y enfrentar el desafío. Porque al momento de pararnos frente a esa máquina de votación y esa boleta electoral estamos solos frente a Dios y a nuestra consciencia, y debemos votar pensando en nuestros hijos y en nuestro futuro.

Los ojos del mundo están puestos sobre Venezuela, y estamos listos para demostrar que merecemos algo mejor. Porque tú también has sentido ese aire fresco, ese entusiasmo que desde hace meses recorre pueblos, barrios y caseríos. Una emoción que ha sacudido a los 24 estados del país, y que ha llevado la esperanza a los rincones más olvidados de nuestra geografía. Una fuerza indetenible que se expresará el próximo domingo en una avalancha de votos, que sabremos defender con nuestra vida. No hay excusas para no formar parte de esa gran jornada que viviremos el próximo domingo, porque tú también lo sientes: el futuro está a la vuelta de la esquina. Fuerza y fe, Venezuela.

LA PATILLA