La falta de transparencia de la campaña de Hillary Clinton ha convertido lo que podría haber pasado como algo sin importancia en un enorme problema para la candidata que podría prolongarse hasta noviembre, escribe Amie Parnes en The Hill.
La nota reune comentarios de una serie de aliados y gente de confianza de la señora Clinton quienes coinciden en que el tema de la salud de la candidata carga el potencial de causar enorme daño a la campaña.
“Una puta pesadilla autoinflingida”, dijo uno de ellos.
Las imágenes de la señora Clinton tambaleándose cuando salía del evento conmemorativo de los ataques terroristas del 11 de septiembre ya han circulado el planeta. Varias veces.
“Los antibióticos pueden curar la neumonía. Pero qué cura una obsesión poco saludable por la privacidad que repetidas veces crea problemas innecesarios”? Eso escribió David Axelrod, quien asesoró las dos victorias de Barack Obama a la presidencia.
A puertas cerradas se dijeron cosas aún más fuertes, sostiene la nota en The Hill.
“¿Por qué no simplemente dijeron que estaba enferma y siguieron de largo?”.
Un aliado dijo que problablemente intentaron esconder el diagnóstico de neumonia para que los partidarios de Trump que vienen cuestionando la salud de Clinton no aprovecharan el tema. Pero ahora la situación ha empeorado.
La campaña está intentando contener los daños haciendo públicos los expedientes de salud de la candidata y asegurando que está en perfecta salud.
Aún así, dijo un asesor de Hillary Clinton. “Deberían haber sido más transparentes….es un problema crónico de falta de confianza en los medios”.
No es la primera vez. Y confirma la percepción de falta de honestidad que surge una y otra vez en las encuestas.
