Mientras que en Europa, las medidas de austeridad que buscan reducir los enormes déficits presupuestarios recortan a diestra y siniestra, en la Argentina el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha implementado ambiciosos programas sociales con el objetivo explícito de reducir las desigualdades.
Uno de estos programas, escribe Simón Romero en el New York Times, ofrece pensiones a hombres y mujeres que han dedicado sus vidas a la literatura.
Es un intento de fortalecer la “espina dorsal de la sociedad”, indicaron desde un comienzo los autores de la ley, dice el Times.
En la actualidad, más de 80 escritores reciben pensiones que alcanzan hasta los US$900 mensuales, ayuda que para muchos es más que bienvenida.
El programa también permite las ventas de libros sin IVA y ofrece beneficios tributarios a las casas editoriales, apunta.
El Times cita a Alberto Laisecam autor de ficción de horror. “Es un progama magnífico que trae dignidad a los que hemos trabajado toda nuestra vida por la literatura”.
Recuerda el Times la larga y rica tradición literaria de la Argentina, en cuya capital Buenos Aires las librerías permanecen abiertas y llenas hasta pasada la medianoche, con nombres como Jorge Luis Borges, Ernest Sabato, Roberto Arit, que se remonta al siglo 19 con Domingo Faustino Sarmiento autor de “Facundo; Civilización y Barbarie” y presidente de la república.
Dice el Times que hoy por hoy Argentina es un dinamo de creación literaria latinoamericana.
Explica que para recibir una pensión, el escritor debe ser mayor de 60 años, haber publicado cinco o más libros en una editorial establecida (no se aceptan publicaciones por cuenta propia) y estar dedicado a la literatura, lo cual excluye autores de tomos médicos, educativos y similares.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner también ha brindado pensiones a más de 2 millones de personas que han trabajado en el sector informal, dice. Algunos economistas ha criticado fuertemente estos programas señalando que aumentan el déficit fiscal, señala el Times.
