El Gran Hámster de Alsacia, un roedor de la familia de los Cricetinos que llega a medir unos 15 centímetros, ha encontrado un aliado en el tribunal superior europeo el cual ha fallado que Francia no ha hecho lo suficiente por proteger el habitat de esta criatura y, a menos que cambie su política agrícola y de urbanización, tendrá que pagar multas.
Escribe Steven Erlanger en el New York Times que la Corte de Justicia en Luxemburgo falló el jueves a favor de los animalitos, representados por un grupo de ecologistas, que viven en la región de Alsacia a lo largo del río Rhin.
Solo quedan unos 800 de ellos, dice.
Este hámster, explica el Times, que se distingue por la panza negra, se alimenta de legumbres como la alfalfa que han sido desplazadas por el maíz, el cual no ha madurado a tiempo en la primavera cuando despiertan de su hibernación, con hambre y listos a reproducirse.
Debe salir a buscar comida, enfrentando los peligros de la urbanización y el tráfico.
Si no se ajustan las políticas francesas para coexistir con el Gran Hámster de Alsacia, la nación se verá obligada a desembolsar hasta US$24.6 millones.