La respuesta del gobernador de California Jerry Brown al movimiento que buscaba ilegalizar la circuncisión de recién nacidos ha sido clara y, por así decirlo, tajante.
Dice Seth Abramovitch en Gawker que lo que en lenguaje legal se clasifica como la ley AB768 — pero seguramente pase a la historia como la “Ley de Jerry” — prohibe a los gobiernos locales prohibir la circuncisión de los hombres.
La decisión del gobernador surge del intento de un grupo en San Francisco que había obtenido 7,700 firmas para someter a votación popular una prohibición de la medida.
Un juez había accedido a que electorado aprobara o rechazara la prohibición.
Así, en medio de recortes presupuestales en el estado seguirá habiendo recortes prepuciales.
Ello no significa, repetimos a nuestros lectores de California que no hayan sido sometidos a esta práctica, que se vaya obligar a los residentes del estado a circuncidarse.
Solo que está prohibido prohibirla.
Con ello termina este episodio de las Batallas de los Prepucios.
