De que son hermosos no cabe la menor duda. Pero son una brutal tortura a una bestia indefensa por motivos de coquetería y vanidad.

Se trata de los makech, llamados joyas vivientes, escarabajos a los que se les incrustan piedras preciosas, incluyendo el aro para cadena para que la gente se los cuelgue.

Llevan su sufrimiento a cuestas por entre cuatro y cinco años.

Se venden en tiendas de artesanía en la península de Yucatán.

El origen de ellos es una leyenda de amor y despecho de una princesa maya que, para unirse a su amado, optó por pedir a un chamán que la conviera en escarabajo.

Es una linda leyenda. Un hermoso prendedor.

Pero porque venga de una leyenda no quita que sea un acto de crueldad y barbarie contra un ser de la creación. No todo lo típico y tradicional es sagrado: nuestros antepasados indígenas celebraban sacrificios humanos.

No hay derecho.

Gracias: Sumitra Oddity Central

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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