NEW YORK — Democracia. Palabra que se repite a diario en EUA, con una solemnidad casi religiosa, que sirve de punto de referencia para evaluar, juzgar e intervenir en otras naciones — pronunciada con una prepotencia que cualquiera diría es otra invención estadounidense.
Parte integral de esta democracia es la capacidad del pueblo de elegir a sus representantes — en elecciones libres y ante todo limpias.
Hoy, según escribe Adam Liptak en el New York Times, un informe de la prestigiosa firma de sondeos de opinión Pew Center dice que las listas de votantes de EUA son un “relajo total”, con serias consecuencias que, si no indican abiertamente que existe el fraude, “pueden dar la impresión de que tiene lugar”.
Una de cada ocho inscripciones es inválida o errada, dice.
Una de cada cuatro personas — por lo menos 51 millones de votantes — no está inscrita.
Además, dice el Times que 1.8 millón de personas están inscritas como votantes activos, no obstante el que están muertos.
Se calcula que 2.8 millones de votantes se han registrado en más de un estado. Igual, 12 millones de inscripciones tienen tantos problemas con los datos, que es probable que no se les podría contactar por correo.
“Estos problemas desperdician el dinero de los contribuyentes, reducen la confianza de los votantes al agitar las acusaciones partidistas sobre la integridad de nuestras elecciones”, dijo al Times David Becker, director de iniciativas electorales en el centro.
¿Y qué dicen los políticos sobre esto? No se sabe porque están muy ocupados — pregonando las virtudes de su democracia.