En inglés se conoce a este segmento de la población como “Working poor”, “trabajadores pobres” — que describe una condición laboral en la que no lo que ganan no alcanza para vivir.
Según un informe del Centro de Berkeley para la Investigación y Educación Laboral en la Universidad de California, tres de cada cuatro personas que reciben la asistencia del gobierno tienen un empleo.
El estudio encontró que los gobiernos estatales y federales gastan más de $ 150 mil millones al año en cuatro programas contra la pobreza en que dependen familias trabajadoras: Medicaid, Asistencia Temporal para Familias Necesitadas, cupones de alimentos, y el crédito tributario por ingreso del trabajo, que se dirige las familias que trabajan.
Los investigadores concluyen que los contribuyentes no sólo están proporcionando apoyo a los pobres, sino esencialmente subsidiando a compañías McDonald’s y Wal-Mart con una fuerza laboral barata.
Más información en inglés New York Times
