Tras discusiones que se dilataron por meses, las autoridades estatales y federales anunciaron el 9 de febrero un acuerdo por US$26,000 millones de dólares con cinco importantes bancos, Bank of America, JP Morgan Chase, Wells Fargo, Citigroup y Ally Financial.
El acuerdo persigue aliviar los efectos de la llamada “burbuja hipotecaria” en que millones adquirieron préstamos imposibles de pagar impulsados por los bancos que extraían enormes beneficios al vender hipotecas.
El pacto ha sido anunciado con bombos y platillos.
Según el presidente Barack Obama, se “da vuelta la página a una era de imprudencia que causó mucho daño”.
El acuerdo entra en vigencia en 49 estados.
Reduce la deuda a los bancos por algunos propietarios; restituye con pagos de unos US$2,000 en efectivo a lo largo de 3 años a unas 750,000 víctimas de ejecuciones hipotecarias fraudulentas; y establece un sistema de ayuda para que algunas personas refinancien los préstamos a tasas de interés reducidas.
Aunque se trata de una cifra histórica, solo beneficiará a un segmento mínimo de las personas afectadas por la crisis.
Fuentes diversas
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