Para el sindicalismo estadounidense, el 2012 ha sido un año pésimo, informa Steve Greenhouse en el New York Times.
No obstante las movilizaciones sindicales a favor de los candidatos demócratas en la elección pasada, esfuerzo que ayudó a reelegir a Barack Obama, en términos netos el número de trabajadores miembros de sindicatos cayó al punto más bajo desde 1916,
La combinación, dice, de leyes anti sindicales en estados como Wisconsin, Indiana y ahora Michigan, con la expansión de grandes compañías como Boeing y Volkswagen a estados no sindicalizados, igual del crecimiento de sectores como restaurantes y las ventas al detalle, han producido resultado en la pérdida de 400,000 miembros en el 2012.
Ello a pesar de que se crearon 2.4 millones de empleos en el mismo periodo.
Como están las cosas, dice el Times, sólo el 11.3% de la fuerza laboral de EUA o 14.3 millones de trabajadores, son miembros de sindicatos. El año pasado, según cifras del Departamento de Estadísticas Laborales, el sindicalismo abarcaba el 11.8% de la fuerza laboral de EUA.
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