O su manera de hablar, con un sentido de derecho a todo.
O porque prefieren hacer su propia cerveza y jabón a comprarlo.
Razones sobran, pero algo en la subcultura de los hipsters causa agrieras al público estadounidense, dice una nueva encuesta nacional de Public Policy Polling.
Indica que el 42% de los estadounidenses, especialmente los mayores de 65 años — están hartos de ellos, mientras que sólo el 16% de los encuestados gustan de ellos y el 43% ni fu ni fa.
En términos partidistas, los republicanos son los que más los detestan: 98% dice que estarían menos propensos a votar por un hipster para un cargo político. El 46% de los votantes ha vilipendiado la existencia de los hipsters como personas que “se apropian desvergonzadamente de los tropos culturales del pasado para su propia e irónica diversión”.
Para los lectores de El Molino que no saben qué (o quiénes) son los hipsters (lea aquí, o vaya a Brooklyn)/