Así como la elección del domingo en Grecia no ha resuelto nada (no se sabe aún si se logará crear una coalición gobernante), las elecciones en Europa son totalmente inútiles en la medida que fracturan aún más el dividido continente.

Eso dice George Friedman, analista político de Stratfor, la publicación privada de inteligencia.

La actual crisis europea responde a problemas estructurales que no se solucionan mediante elecciones, dice.

La tensión surge de dos soluciones diferentes propuestas por las dos naciones que forman el eje de la unión, Alemania y Francia.

La primera propuesta es la alemana que agresivamente persigue la austeridad para lograr presupuestos balanceados.

La segunda la propone ahora Francia con su recién electo gobierno socialista (presidente y asamblea nacional). Los franceses piden una política keynesiana de estimular la economía mediante el gasto público.

Mas que diferencias filosóficas, dice Stratfor, responden a los intereses de cada país.

“Francia no tiene una economía tan decrépita como España, Italia y mucho menos Grecia, pero siente las presiones de la crisis financiera. Si Europa continúa en su camino a la recesión, Francia enfrentará mayor desempleo y, por lo tanto, mayor presión bajo el plan de Alemania”.

Al mismo tiempo, indica, “Alemania no puede soportar mayores déficits presupuestales en el sistema económico europeo. Su economía robusta provee a Alemania un cojín financiero para amortiguar los efectos de los recortes presupuestarios”.

Es un lujo que no tiene el resto de Europa, apunta.

Agrega que la solución alemana es tan poco palatable al resto de Europa que ha costado la caída de Nicolas Sarkozy, en Francia, y George Papandreou en Grecia.

“Sus reemplazos tienden a rechazar la política alemana”, señala.

La realidad política actual impone límites a las acciones de los políticos europeos, dice.

El consenso que hasta hace cinco años existía en Europa es algo ya histórico: las soluciones que se ofrecen son radicalmente diferentes, dice.

“De mayor importancia”, señala, “es que Alemania se ha convertido en el problema en la zona euro donde una vez era la solución”.

Una de las razones, dice, es la dependencia de la economía alemana en sus exportaciones a la Unión Europea. Pero es más profunda. “Los métodos alemanes de manejar la crisis son vistos cada día más por otras naciones como amenazas serias a su bienestar”.

En la actual situación, agrega, Alemania busca encontrar consenso con Francia — algo difícil de lograr en vista de las opiniones potencialmente irreconciliables.

Mientras que Francia todavía no encabeza una coalición contra Alemania, es difícil de imaginar un escenario diferente, concluye George Friedman su análisis de la situación actual en Europa.

Artículo en inglés