Con cada día que pasa, a medida que se van haciendo públicos diversos aspectos de los planes de la administración Obama para combatir los avances de los extremistas del Estado Islámico, comienza a cobrar vuelo la necesidad de tener una presencia militar allí y no únicamente bombardear desde lejos.
Y ello presenta un gran problema para EUA, escribe David D. Kirpatrick en el New York Times, porque ni Iraq ni su aliado Irán quieren ver el retorno de botas estadounidenses en la región.
Es más, agrega el Times, muchos en cargos muy importantes aseguran que EI es una creación de la CIA (con la ayuda de Israel) para justificar el regreso al área de tropas estadounidenses.
El sábado tuvo lugar una manifestación convocada por Moktada al-Sadr, líder religioso chiita, en la que parciparon importantes líderes políticos iraquíes.
Al-Sadr culpó públicamente la CIA por la creación del Estado islámico en un discurso la semana pasada, y entrevistas sugieren que la mayoría de los miles de personas en la manifestación, entre ellos decenas de miembros del Parlamento, coinciden con la misma teoría [de que la CIA creó al EI]. (Al-Sadr es considerado cercano a Irán, y la teoría es muy popular allí.)
Dice el Times que milicianos y voluntarios chiitas están movilizándose para defenderse de los extremistas del EI pero sin la ayuda de EUA, diciendo que no vacilarían en usar estas mismas armas para mantener las tropas de EUA fuera.
Son estos los bueyes con que tendrá que arar Obama.
