Estrellas pabellon VenezuelaComo observadores de la realidad en Venezuela, con la desventaja y a la vez ventaja de la distancia, consideramos que Nicolás Maduro ha perdido otra batalla más en la guerra por la muy importante opinión pública internacional.

Esta guerra se libra ante todo en las redes sociales que hoy por hoy pertenecen a la oposición.

Leopoldo Lopez tiene más seguidores en Twitter que Maduro, si le suman Maria Corina Machado y otras figuras de prominencia internacional, ello muestra que manejan el mensaje.

Las manifestaciones en las diversas capitales — de Sidney a Bogotá, a Madrid, New York y París, han sido mayoritariamente en contra del oficialismo.

Los partidarios de Maduro, organizados en #RodillaEnTierraConNicolasMaduro no tienen la misma difusión que #LeopoldoNoEstaSolo.

En los dos eventos del 18 de febrero en Caracas — la entrega de Leopoldo López y la marcha de 40,000 petroleros partidarios del gobierno — el primero se llevó los titulares.

No solo eso, sino que fue un evento mediático, realizado a la perfeccción, proveyendo materiales que respaldarán el mensaje opositor — el afiche, el video. 

Nuestro amigo Randy Alonso Falcón de CubaDebate, considera que ello es manipulación mediática a favor del imperialismo “Un Golpe de Estado se intenta desde la premeditada agitación de las calles, y la fabricación vergonzosa de las imágenes. Los medios oligárquicos y transnacionales hacen las veces de fuerza de choque de vanguardia. Las redes sociales se usan como escenario para multiplicar el fuego”.

Esta es una respuesta fácil, fórmula que todo lo abarca, todo lo explica, todo lo simplifica.

En nuestra opinión, en Venezuela ha madurado el germen autodestructivo que llevaba el proceso chavista — donde la mentira y el secreto engendraron mayores mentiras y mayores secretos, y así sucesivamente.

Se le mintió al mismo pueblo que pretendía servir la revolución.

Como si fueran niños.

Mentiras como la enfermedad de Chávez.

Como la misma muerte del líder: ¿Ocurrió en Cuba o en Venezuela?

Como la elección que dio a Maduro la presidencia en un marco de acusaciones y sospechas de fraude y ausencia de legitimidad.

Y tantas otras — sobre las causas de la inseguridad, las escaceses, la zozobra, el desempleo, la corrupción.

Estos no son inventos de los enemigos del proceso venezolano.

Son realidades por las que centenas de miles de venezolanos han salido a las calles.

En efecto, si hay fuerzas de la ultraderecha en el proceso, como informamos en este espacio hace unos días.

Pero ello no explica el desencanto creciente.

En la opinión expuesta en CubaDebate, “La contraofensiva imperial en Latinoamérica está en marcha y en ella juegan al duro los medios que son su cancerberos ideológicos. La contrarrespuesta debe ser múltiple, concertada y también desde los medios que sirven a los pueblos”.

Más frases de cajón, más discurso vacío.

Desde la distancia vemos que Maduro ha perdido la importante batalla de la opinión internacional, que bien le podría costar la guerra.

Esperamos que en los días venideros nuestros hermanos venezolanos de ambos lados escuchen los llamados — tanto de Maduro como de Leopoldo López — a la cordura y la no violencia: lo que menos necesita el mundo es que Venezuela siga el ejemplo de Colombia y varias naciones en Centroamérica y caiga en el vórtice de una guerra civil.

 

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