En ElMolinoOnline, Marcela Yarce Rocío GonzálezConsternados por el asesinato de dos periodistas mexicanas, reproducimos del blog de la revista contralínea tres documentos sobre el caso. Nos unimos al luto por las compañeras, expresamos nuestra solidaridad con las familias de las víctimas y levantamos nuestra voz en repudio de éste y cualquier ataque contra la prensa.

de septiembre de 2011.- La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) repudia los asesinatos de Ana María Marcela Yarce Viveros, miembro del equipo de la revista Contralínea, y Rocío González, periodista independiente, cuyos cuerpos sin vida fueron identificados el día de ayer en la Ciudad de México. Estos crímenes se suman al ocurrido la semana pasada que segó la vida del comunicador social Humberto Millán en Culiacán, Sinaloa.

“Estos asesinatos, amén del dolor que causan a las familias y personas cercanas para las cuales van nuestros sentimientos de solidaridad, agravian profundamente al gremio periodístico mexicano, cuyo reclamo de eficacia a las varias instancias oficiales destinadas a brindarles protección y seguridad, tienen vigencia y legitimidad indiscutibles”, sostuvo Javier Hernández Valencia, Representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En lo que va del año 2011 las y los comunicadores sociales muertos violentamente suman ocho, trágico panorama que se presenta reiteradamente desde el año 2000 para dar una cifra acumulada que eleva a 74 los homicidios contra periodistas, según fuentes oficiales.

Independientemente de sus múltiples móviles posibles, la violencia en contra de las y los periodistas ha devenido en un tema de acuciante preocupación y así lo plasmaron el Sr. Frank La Rue, Relator Especial de la ONU sobre la Libertad de Opinión y Expresión, y la Sra. Catalina Botero, Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en sus respectivos informes de misión y recomendaciones a México luego de su visita conjunta al país exactamente hace un año.

La ONU-DH insta a las autoridades competentes a agotar todas las líneas de investigación que se deriven de estos crímenes con una adecuada perspectiva de género, incluyendo particularmente aquellas que se relacionen con su actividad periodística, con el objetivo de capturar, procesar, juzgar y sancionar a los responsables. Al mismo tiempo, invita a la ciudadanía a unirse activamente en el rechazo de todo acto de agresión en contra de las y los comunicadores sociales, cuya victimización constituye además un gravísimo atentado contra la libertad de expresión.

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Casa de los Derechos de Periodistas Comunicado México, D.F. a 1 de septiembre de 2011. Asesinan a dos periodistas más, mujeres y batalladoras por los derechos a ser periodista. Consternación, impotencia, ira, causó entre el periodismo mexicano confirmar el asesinato en la Ciudad de México de Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, periodistas de formación, practica constante y defensoras sistemáticas de las libertades de prensa y de expresión. Yarce Viveros se desempeñaba como colaboradora de la revista “Contralínea” mientras que González Trápaga era reportera independiente.

La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal está obligada a esclarecer con celeridad y rigor los motivos de este doble homicidio y encontrar a los perpetradores que, según todos los indicios, actuaron con dolo y saña. Las autoridades federales tienen también una gran responsabilidad para garantizar la seguridad e integridad de todos los comunicadores del país y para evitar que estos hechos sigan como una constante contra las y los periodistas.

Los periodistas, abogados y defensores de la libertad de expresión que integramos la Casa de los Derechos de Periodistas nos sumamos a la indignación general y alertamos que este crimen también aumenta la atmósfera de agravios, acoso y riesgos que padecen los colegas de la revista Contralínea por el tipo de periodismo de investigación que realizan.

No cejaremos en demandar justicia para las colegas ultimadas y en la exigencia a todas las autoridades, tanto locales como federales, para que hagan menos discursos y cumplan mejor su obligación de proporcionar seguridad a todos los mexicanos, pero especialmente a quienes tenemos la responsabilidad y el derecho de informar, profesionalmente, de los asuntos de interés público.

Abrazamos y acompañamos en su dolor a las familias de nuestras colegas y al personal de Contralínea, cuyo Director es socio fundador e integrante del consejo de esta asociación, y por los esfuerzos que hacen por ganar el derecho a ejercer periodismo de investigación.

Asamblea General de Asociados y Equipo Ejecutivo de la Casa de los Derechos de Periodistas: Amado Avendaño Villafuerte, Agustín Miguel Badillo Cruz, Judith Calderón Gómez, María de los Ángeles Eréndira Cruz Villegas Fuentes, Balbina Flores Martínez, Manuel Eduardo Fuentes Muñiz, Perla Gómez Gallardo, Jaime Guerrero García, Rogelio Hernández López, Sara Lovera López, Omar Raúl Martínez Sánchez, Jorge Mélendez Preciado, Rogaciano Méndez González, David Peña Rodríguez, Graciela Ramírez Romero, José Leobardo Reveles Morado, Amalia Rivera de la Cabada, Edgar Omar Viniegra, Amalia Zavala Soto.

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Contralínea. Periodismo de investigación comunica con profundo pesar el fallecimiento de las periodistas Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga.

Las comunicadoras fueron asesinadas entre la noche del 31 de agosto y la mañana de este 1 de septiembre de 2011. Sus cuerpos fueron hallados en un parque de la demarcación Iztapalapa de la ciudad de México.

 Marcela Yarce Viveros, fundadora y reportera de Contralínea, se encontraba al frente del área de Relaciones Públicas de la revista semanal. Rocío González Trápaga, exreportera de Televisa y amiga de esta casa editorial, actualmente ejercía el periodismo de manera independiente.

Quienes integramos el equipo de periodistas de este medio de comunicación, con profunda tristeza pero también con indignación, exigimos a las autoridades el esclarecimiento de estos lamentables hechos. Nos unimos a la pena que embarga a familiares y amigos de las dos periodistas y reclamamos justicia.

Contralínea