Para Tian Xueming y su esposa, la pérdida de su hijo fue una pena incontrolable por lo que optaron guardarlo en el congelador de la finca donde viven en Chongqing, en China.

Han pasado seis años y, según indica chinasmack.com, cada vez que les hace falta el niño, van al congelador “en silencio se abrazan y permanecen unos instantes de pie mirándolo.

Luego se van.

Según Tian Xueming, su hijo luce exactamente igual a cuando estuvo vivo. “Mi hijo está conmigo. Nunca me ha dejado”.

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