La dimisión este martes del gabinete sirio es la última en una serie de medidas de Bashar Al Asad para evitar la suerte de otros gobernantes árabes que han perdido el control ante la ola inparable de protestas que desde hace meses ha transformado esa región.

Asad, informa Radio Francia Internacional, aceptó las renuncias a excepción de la del primer ministro, Mohamad Naji Otri, en su cargo desde 2003.

Tarea clave para el nuevo gabinete, continúa RFI, será implementar una serie de reformas para revocar leyes, algunas vigentes desde hace 50 años como, que restringen todo tipo de actividad política.

Activisitas pro derechos humanos estiman que la derogación del estado de emergencia podría beneficiar a unas 2,000 personas.

Protestas en la ciudad sureña de Dara la semana pasada tuvieron un saldo de al menos 20 manifestantes muertos a manos de las autoridades.

El gobierno convocó una multitudinaria manifestación hoy martes en Damascos. Assad, que según RFI busca recuperar la imagen de un político reformista con que asumió el poder en el 2000 luego de la muerte de su padre, se dirigirá mañana a una sesión del parlamento. El tiempo sigue corriendo.

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