Templo mayor de méxicoUn entierro de una mujer adulta rodeada de mil 789 huesos de niños, jóvenes y adultos, que revela por vez primera este tipo de inhumación en la cultura mexica; así como la localización, a 35 metros de distancia, de los restos de un árbol “sagrado” del recinto ceremonial de Tenochtitlan, son los más recientes hallazgos descubiertos en Templo Mayor, que tienen una antigüedad de más de 500 años.

El descubrimiento del entierro del esqueleto completo, hallado en el costado poniente del espacio funerario -de 1.9 m de largo y 65 cm de ancho-, y los restos de uno de los árboles “sagrados” asociados a lo que fue el adoratorio a Huitzilopochtli, y a la plataforma circular -descubierta en 2011- que se determinó es uno de los cinco cuauhxicalco (edificio ceremonial) que tuvo el recinto sagrado de Tenochtitlan, fueron localizados recientemente por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en el Centro Histórico de la ciudad de México, al pie de lo que fue el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlan.

En un comunicado, el INAH dio cuenta de los hallazgos e informó que el entierro con millares de restos óseos -se cree que fueron exhumados en esa época de algún otro lado-, es único en su tipo, pues “si bien con anterioridad se habían encontrado otros enterramientos múltiples de la cultura mexica, este es el primero en el que se observa el esqueleto de una persona adulta acompañado por piezas óseas humanas de diversas edades”, señaló el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH-Conaculta.

El entierro fue descubierto a 5 metros de profundidad respecto al nivel de calle, bajo un piso de lajas de basalto que corresponde a la etapa constructiva V del Templo Mayor, que abarca de 1481 a 1486, de modo que los especialistas estiman que las osamentas datan de ese periodo.

Mientras que la estructura circular hueca de tezontle con recubrimiento de estuco -de 1.6 metros de diámetro-, contenía en su interior un tronco de encino de 2.2 metros de largo y 40 cm de grosor, que posiblemente data de entre 1440 a 1469, lo que se infiere porque el piso donde se localizó corresponde a la etapa constructiva IV del Templo Mayor.

El tronco correspondería a uno de los árboles “sagrados”, pues se halló frente a la plataforma con cabezas de serpiente (localizada en 2011), a 2 metros de distancia y con dirección a donde estuvo el adoratorio de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra; además se infiere a partir de las crónicas de fray Bernardino de Sahagún y Diego Durán, que en sus textos Historia General de las cosas de la Nueva España e Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme, que para las culturas mesoamericanas las ramas eran el sostén de la bóveda celeste y los conductos de los flujos cósmicos; y las raíces, los caminos hacia el Mictlan.

Los descubrimientos ocurrieron durante las labores que se realizan en el predio Plaza Manuel Gamio, para la creación de un vestíbulo de acceso a la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor.

Raúl Barrera dijo que una vez terminadas las obras de infraestructura del nuevo vestíbulo para la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, el tronco y su estructura circular serán exhibidos en el espacio donde fueron encontrados para disfrute y conocimiento de los visitantes.

EL UNIVERSAL

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