Ha sido un fenómeno fascinante de observar: por todo EUA, miles de personas se han dirigido a las tiendas de productos Apple con flores, fotos, manzanas, candeleros y candelas, notas de agradecimiento y lágrimas — muchas lágrimas: ese ha sido el tributo al fallecido fundador y genio del cómputo, el diseño y el marketing Steve Jobs.

Pero lo que para muchos aficionados a la tecnología ha sido una pérdida casi irremplazable, para otros, según Seth Abramovitch de Gawker, ha sido una pequeña bonanza.

Dice que cuando Robert Blake y su novia Amy Parker de Little Rock, Arkansas, hicieron su peregrinaje a la tienda Apple para llevar su ofrenda floral y llanto al gran creador, notaron que un “hombre que salía corriendo de la tienda”.

Inicialmente, agrega Gawker, “pensaron que era un doliente apresurado”.

Pero no: le vino a recoger un auto y se escabulleron.

Al acercarse, vieron que no había flores regadas en el suelo, sino vidrio roto. Fue entonces, dice, que con su iPhone Amy Parker llamó al número 911 de emergencias.

Eran cacos. Se habían llevado, según Gawker, “dos docenas de iPhones, además de iPads y portátiles”.

¿Qué pensará Steve Jobs?

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Foto cortesía SimonQ錫濛譙 vía flickr