Nicolas MaduroSi lo que dijo Nicolás Maduro es en realidad verdad, es un hecho alarmante digno del repudio; si no es verdad, merece un premio como un político bruto que le ha dado un gran regalo a la oposición.

Enorme.

Una nota de la AFP informa sobre las palabras de Maduro que están al centro de una polémica: “[…] el presidente advirtió esbozando una sonrisa que conocía la identidad de quienes no votaron por él en las presidenciales de abril: ‘900.000 compatriotas, ya los tenemos, con cédula de identidad y todo'”.

Son palabras del Gran Hermano.

De ser así se habría violado la confidencialidad del voto, denunció el imparcial Observatorio Electoral Venezolano (OEV).

Sería otra prueba de irregularidades electorales, afirmó el opositor Henrique Capriles, que hace días impugnó el voto.

Otros han dicho que esas palabras constituyen serios intentos de amedrentar la oposición.

En una nación tan polarizada como la Venezuela de hoy día, con un gobierno debilitado tras su raquítico desempeño en la elección del 14 de abril, sumado a ello el creciente descontento popular, entre otras razones por escaseces (reales o manipuladas) hasta de papel higiénico, palabras como éstas del presidente Maduro le pueden crear problemas aún más serios.

En el mejor de los casos son muestra de lamentable torpeza y falta de madurez política; en el peor, de un estado estalinisita, altamente represivo que merece la condena universal.

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Foto cortesía jokamadruga via flickr