Cuando se hacen negocios con un tío tan generoso y botarata como el Tío Sam, parecería que los millones no tienen fin. ¿Qué tal ésta? La construcción de una estación de gasolina que en cualquier parte del mundo costaría alrededor de US$500,000 terminó costando casi US$43 millones.
En Afganistán.
El Departamento de Defensa realizó los pagos, indica una nota de Akbar Shahid Ahmed en The Huffington Post.
Para alegrar las cosas un poco, parece que ni siquiera está funcionando.
El Grupo de Trabajo del Pentágono para Operaciones Comerciales y de Estabilidad, que tuvo un presupuesto de US$822 millones para proyectos en Afganistán entre 2010 y 2014, contrató a una compañía afgana para construir la estación en 2011 a fin de demostrar el potencial de las estaciones de Gas Natural Comprimido a los inversores. Ese contrato fue de US$3 millones, el informe SIGAR señaló – pero el costo de construir y supervisar la estación terminó elevándose a US$42.7 millones en 2014, con US$ 30 millones en gastos generales, de acuerdo con la propia evaluación de la fuerza de tarea.
