Cuando The Telegraph escribió sobre él, Edward Smith estaba locamente enamorado de Vanilla, un Volkswagen Beetle, aunque reconoce que de vez en cuando se fija en otro automóviles.

Este amor va un poco más allá del interés normal que muchos hombres tienen por sus autos. En el caso de Smith, quien vive en en el estado de Washington, EUA, tiene relaciones sexuales con Vanilla. (Consensuales, esperamos).

No se considera enfermo, ni mucho menos degenerado. Dice que “Soy un romántico, escribo poesía sobre autos, les canto, les hablo como si fueran mi novia. Conozco mi corazón”.

Cuando ve películas como Herbie o Knight Riders en que los autos tiene papeles protagónicos se emociona mucho, agrega The Telegraph.

Dice que la primera relación sexual con un auto fue a los 15 años, que muchas veces ha tenido encuentros con autos que no eran suyos, y que una vez “hizo el amor” con un helicóptero que se usó en un programa televisado.

No le atraen las mujeres, señala. De joven tuvo relaciones con chicas, pero hace años que no tiene nada que ver con las damas.

Smith dice que mantuvo secreto su obsesión, pero ha sido entrevistado para un documental en un canal de TV sobre la mecafilia, que es la pasión por los vehículos.