Alrededor de las 2 am la madrugada del 9 de noviembre, el director de la campaña de Hillary Clinton John Podesta en persona se dirigió a la audiencia congregada en el Centro Javits en el oeste de Manhattan.
Dijo que todavía quedaba mucho por hacer, pero esto se haría más tarde. Pidió que la gente se marchara a sus casas.
Con las caras largas de la derrota, fueron saliendo del centro. No habría celebración.
Al cabo de unos instantes, a milla y media de distancia, en el Hilton corrió el rumor de que Donald Trump hablaría.
Al hablar, anunció que Hillary Clinton le había llamado para felicitarlo por la victoria.
Hasta las 7:30 am, cuando Hillary Clinton no ha dicho nada.
Sin embargo, Donald Trump, ha enviado por Twitter el siguiente mensaje: “Que hermosa e importante mañana. Los hombres y mujeres olvidados nunca serán olvidados más. Vamos a unirnos como nunca antes”.
Así concluyó una campaña que comenzó mal para Hillary Clinton, con problemas que ella misma creó — los correos electrónicos, la Fundación Clinton. Encuestas a boca de urna muestran que ganó el 58% del voto blanco. Con títulos universitarios (49%) y sin ellos.
