
La nominación de Edward Snowden para el premio Nobel por la Paz no garantiza que lo vaya a ganar.
Aún así crea una situación incómoda para el presidente Obama, ganador hace cuatro años del prestigioso premio, que quiere meter preso al hombre que abrió la caja de Pandora de secretos de la National Security Agency.
Según escriben Mike Dorning y Saleha Mohsin en Bloomberg, los políticos noruegos que presentaron la candidatura del fugitivo filtrador creen que su acción “ha contribuido a un orden mundial más estable y pacífico”.
Dice James Clapper, director estadounidense de Inteligencia de EUA, que Snowden debe devolver los datos que sustrajo — es decir archivos y documentos que muestran que todo lo que se dice en cualquier parte del mundo a cualquier momento es considerado de interés para la organización de fisgones que aseguran obrar en defensa contra el terrorismo.
Para complicar las cosas, los premios Nobel no se anuncian sino hasta octubre, con lo cual Snowden tendrá largos para disfrutar el resplandor que tan prestigiosa nominación trae consigo.