“Algunas personas me cerraron sus puertas en la cara, otras definitivamente no me dijeron la verdad. Aún así muchos sentían alivio — ya no podían mantener embotellada durante más tiempo la historia”.
Sara Ganin, reportera de escasos 24 años, habló con Liz Brody de Glamour sobre su labor que logró documentar lo que bien podría ser el escándalo más grande de la década: el abuso sexual sistemático de niños por parte de Jerry Sandusky, asistente al entrenador Joe Paterno de Pennsylvania State University.
Penn State es uno de los mejores equipos en la historia del football universitario; el legendario Joe Paterno hasta meses antes de morir fue una vaca sagrada intocable.
Con US$73 millones anuales en ingresos por el football universitario, Penn State es un pulpo cuya influencia se siente por todo el estado.
Esto no amilanó a la reportera.
Dice Glamour que Ganin se enteró de que algo pasaba desde sus días en un periodico local en State College, luego siguió para The Patriot-News de Harrisburg, y fue destapando una olla podrida de abusos a menores — encubierta por toda la jerarquía institucional.
Fue Sara Ganin la primera en identificar dos de las presuntas víctimas. Y la primera en reportar que Sandusky estaba siendo investigado por un gran jurado, procedimiento que en el estado de Pennsylvania se mantiene secreto.
Al publicar su primer informe, dice, fue atacada por publicar chismes. Otros periódicos locales sencillamente ignoraron la noticia.
Hubieron de pasar siete meses hasta que fue detenido Sandusky acusado de abusar sexualmente a ocho niños, para que la noticia alcanzara los titulares nacionales — con sus acusaciones de sodomía, sexo oral, de un niño que a gritos pedía auxilio desde el sótano de Sandusky, sabiendo que su esposa estaba arriba.
Cuando todo explotó, rodaron cabezas, se destruyeron carreras, se formularon cargos criminales. (Sandusky ahora enfrenta 52 cargos criminales de abuso sexual a 10 niños).
¿Qué tan importante fue la contribución de esta joven e intrépida reportera, que siempre terminaba sus entrevistas con las palabras, “¿Pasa algo más?”. ESPN hizo una autocrítica. “Con el equipo de periodistas más grande en el mundo del deporte, ESPN debería haber dirigido la carga, haciendo las preguntas más difíciles para arrojar luz sobre este escándalo. En vez fue el pequeñísimo Patriot-News de Harrisburg, Pennsylvania, el que encabezó el tropel de periodistas”.
El mundo del deporte universitario ha cambiado para siempre.
Sara Ganin está comenzando a obtener el reconocimiento que merece: recibió el prestigioso premio Sidney de Periodismo con Conciencia social. Según uno de los jueces, “Sara Ganin tuvo el valor para enfrentar una de las instituciones más poderosas de su comunidad. Y ganó”.
Foto: Glamour
