El discurso anual del Estado de la Unión, que pronunciará hoy el presidente de EUA Barack Obama ante ambas cámaras del congreso, la corte suprema de justicia, invitados especiales y una audiencia televisada de unos 50 millones de personas tendrá lugar en el marco de una situación política marcadamente diferente a la del año pasado.

El congreso ha dejado de ser demócrata en su mayoría, como hace un año, producto del serio revés que sufrió la administracíon en las elecciones de mitad de término en noviembre del 2010. Igual, la popularidad del presidente ha caído profundamente, y aunque las encuestas hayan comenzado a mejorar después del tiroteo en Tucson que mató 6 personas e hirió a 13, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords, el presidente ha tenido que ajustarse a las nuevas circunstancias.

Estos factores han resultado en una transformación en la manera como el presidente se relaciona con aliados y rivales, dice Carol E. Lee en Politico.

Básicamente, dice, el presidente tiene que combatir la percepción de que es un personaje frío, medido, calculador, que mantiene su distancia tanto de aliados como rivales.

Ultimamente, agrega, el presidente viene hablando a nivel individual con la gente, en vez de dirigirse a ellos desde un podio leyendo, como solía hacerlo.

Señala un antiguo secretario de prensa del ex presidente Clinton, “Están esforzándose por presentarse como que están saliéndose de su aislamiento, siendo más accesibles”.

Artículo en inglés

Foto cortesía Casa Blanca